Aunque suena muy complicado de lograr, si Morena en Puebla consigue, a más tardar en enero de 2026, llegar al millón de afiliados, como se ha propuesto, se convertirá en uno de los mayores bastiones del partido en el poder en todo el país y en uno de los brazos más fuertes, con miras a la elección de 2027.
Hace siete meses, cuando comenzó su campaña de afiliación “Somos Millones”, la dirigencia del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se planteó la meta de obtener 10 millones de militantes en todo el país.
Eso lo convertiría también en el partido con más afiliados en toda la historia de México, con 12 millones 500 mil afiliados, pues ya en 2024 contaba con 2.5 millones.
En Puebla, la meta fue conservadora en el arranque de la campaña de afiliación, pues se propuso sumar a 567 mil nuevos militantes.
Pero luego, incluso como petición –según ha trascendido– del gobernador Alejandro Armenta Mier, la meta creció a un millón de nuevos militantes, que se sumarían a los 102 mil 998 simpatizantes estatales con que ya contaba al cierre oficial de 2024.
Estas cifras hay que ponerlas en perspectiva nacional: con 400 mil afiliados, el Estado de México –por una lógica demográfica– es la entidad con más morenistas con credencial.
En tierras mexiquenses, la meta actual es superar los dos millones, luego de la intensa campaña de afiliación que se desarrolla y que llegará hasta enero de 2026.
Si Puebla consigue superar el millón 100 mil afiliados, como se ha propuesto, será una de las entidades con más militantes y bastión de Morena en el país.
Incluso podría superar a Jalisco y Veracruz, que están por encima de nuestro estado en número de electores.
De ese tamaño es el reto.
Sin embargo, siempre hay uno o varios peros.
A la par de la suma de militantes, falta ver si el partido y su burocracia estatal son capaces de coordinar con eficiencia, en el contexto de los próximos comicios intermedios de 2027, esa fuerza electoral.
La base por sí sola no es suficiente.
La prueba está en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se mantuvo como el instituto con más afiliaciones, incluso cuando comenzó su vertiginosa y estrepitosa caída en Puebla y en el país.
La tarea de superar el millón de militantes en Puebla para Morena suena complicada, aunque no imposible.
Es el instituto que gobierna el mayor porcentaje de poblanos y poblanas, con 55%, a través de 52 de los 217 ayuntamientos.
Gobierna la mayoría de los municipios más poblados de nuestra entidad.
Controla también los aparatos estatal y federal administrativos.
A la fecha, de acuerdo con la presidenta del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) morenista, Olga Lucía Romero Garci-Crespo, se ha sumado a 250 mil nuevos militantes poblanos.
Eso ha ocurrido en siete meses, desde el arranque de la campaña de afiliación.
De mantenerse solamente ese ritmo, no será posible alcanzar la meta del millón.
Algo deberá ocurrir.
Y pronto.
Se trata de afiliar alrededor de 83 mil personas al mes.
Unas 2 mil 700 al día.
Se ve complicadísimo.
Pero no imposible, por las condiciones de movilización de promotores que tiene ese partido, aunque hoy por hoy la mayoría de los líderes luzca desangelada y apática.
Pero una cosa es la burocracia partidista y otra es la capacidad en territorio de los movilizadores que, por cierto, no están formalmente en la dirigencia estatal. Más bien operan como una estructura paralela externa, plagada de expriistas.
Puebla es la quinta Lista Nacional más grande a nivel nacional, con 4 millones 978 mil 643 electores del estado, al cierre de 2024.
Solo detrás, y por una lógica demográfica, del Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Jalisco.
La meta del millón pareciera que pretende que Puebla, en lo que se refiere a militantes de Morena, esté por encima de esta lógica.
Que sea de los primeros estados en el número de militantes morenistas.
De los más importantes.
De los indispensables.
El reloj y el calendario van con mucha prisa.
Por cierto: ¿quién financia todo esto?