El programa “estrella” de la administración estatal, la obra comunitaria, no ha sido aquilatada en su justa dimensión, es sin duda el fiel reflejo de la forma de hacer gobierno, por parte de un personaje experto en el tema de la administración pública, el gobernador, Alejandro Armenta.
Lejos de pensar en las obras “monumentales”, las cuales muchas veces solo sirven ornato y para hacer negocio con las empresas constructoras, Armenta ideó un programa con gran sentido social, producto de su pensamiento ideológico, en sintonía con la cuarta transformación.
Muchos critican que se trata de obras “chiquitas”, por el presupuesto asignado, sin embargo, el impacto social es superior a cualquier inversión, millonaria, ya que son los propios vecinos, los que deciden qué trabajos son los que se van a desarrollar, sin intervención de los presidentes municipales.
Esto en cierta forma, tiene molestos a muchos de los actuales ediles los cuales, ya se frotaban las manos haciendo cuentas de los recursos que se iban a embolsar a través del manejo de este programa, pero también por el botín político que representaba para ellos, pero se quedaron sin nada, porque la indicación es que los recursos lleguen de manera directa a los comités ciudadanos, quienes deciden cómo se aplican los recursos y con quien se aplican, sin intervención de la secretaría del Bienestar, la cual solo entrega el monto y verifica las asambleas comunitarias.
Está demás decir el impacto social de estas obras, el pequeño jardín de la colonia o el pueblo, una calle, unas baquetas, adoquinamientos en calles olvidadas por muchos años, una cancha de fútbol, está demás decir el impacto social que tienen estas pequeñas acciones, pero que une a las comunidades.
No por nada, al interior del estado, la popularidad del gobernador sigue inamovible y por supuesto, también el partido oficial se consolida rumbo a la elección de jueces y magistrados y también el 2027, en donde ya ni hace falta la estructura del partido, la cual, por cierto, ha tenido muchos problemas para cumplir con las metas de afiliación programadas, pero ese, ese es otro tema.
Hay que señalar el buen trabajo que ha realizado la Secretaría del Bienestar, la cual es hasta el momento, la mejor dentro de la presente gestión, ya que de inmediato se pusieron a trabajar y han aterrizado una buena cantidad de recursos de los mil millones de pesos, destinados para este año.
Pero la obra comunitaria también tiene otro mensaje, al gobernador Armenta, al menos hasta el momento no le quita el sueño estar pensando en algo más allá de lo que son los seis años de su administración.
A diferencia de otros mandatarios que recientemente han utilizado a Puebla para sus proyectos personales y para que sea plataforma política, el actual mandatario no busca las obras suntuosas, para su lucimiento personal, prefiere el impacto social, el cual es más importante, sobre todo en términos de gobernabilidad y electoral.
Pero esto no significa que no se hagan obras grandes, ya están en proceso la construcción del nuevo puente que va a conectar a las comunidades del lago de Valsequillo, principalmente a San Baltasar Tetela y también ya están en marcha los trabajos para la implementación del centro deportivo La Malinche.
Esta es una nueva concepción, una nueva forma de hacer gobierno, que a nadie le queda la menor duda.
Zacatlán, de manteles largos. Un municipio que se ha logrado consolidar como uno de los mejores destinos turísticos, sino el mejor destino de Puebla es el de Zacatlán, el cual este fin de semana festejó 14 años de haber recibido la denominación de “pueblo mágico”, el pionero en este tipo de distinciones.
No es para menos, las autoridades de Zacatlán han trabado de manera sostenida, para hacer de este lugar, un paraíso de la sierra norte del estado, con una muy buena oferta hotelera, el cual asciende a casi cinco mil habitaciones y más de mil 552 inmuebles en el municipio y su zona aledaña.
Como ya es costumbre, este fin de semana Zacatlán estuvo a reventar en visitantes, los cuales disfrutaron de la belleza natural de este sitio, pero además de su buena gastronomía y sobre todo de la seguridad que ha mejorado y mucho, de la mano de su presidenta municipal, Bety Sánchez, de lo mejor que tiene políticamente hablando Morena.