De manera inusual, el pasado viernes 14 de febrero frente al salón social La Libertad, cientos de personas hacían fila soportando el frío invernal de las 5 de la madrugada. Los vecinos de esa zona, sorprendidos, les preguntaron a los entumidos penitentes: “¿Qué los tiene aquí esperando?”, a lo cual, la mayoría de los que estaban formados en línea recta –muchos de ellos luchando contra el sueño– respondieron de manera uniforme que estaban ahí para participar en una actividad deportiva. La contestación no tenía lógica, pues casi todos iban de zapatos de vestir, sin ropa sport y todos llevaban papeles en la mano.
Poco antes de la 6 de la mañana todos entraron con rapidez al salón La Libertad, como si se los hubiera tragado la noche.
Y de manera todavía más sorpresiva, faltando unos minutos para los 8 de la mañana, las mismas personas salieron del inmueble con rapidez, ya sin papeles en las manos y era evidente que no habían estado en alguna actividad deportiva.
Hace unos días se supo que todos los ahí formados los citaron a esas horas, para que pasara desapercibida su presencia y nadie se enterara en el gremio de trabajadores del Seguro Social que, a los presentes, les estaban repartiendo las vacantes para ingresar como médicos, enfermeras, intendentes y personal administrativo al IMSS del estado de Puebla.
Curiosamente, al otro día, pese a que era sábado, la delegación del IMSS en el estado abrió el periodo oficial para recibir –del sindicato— las propuestas de aspirantes a ocupar un número importante de plazas laborales en el instituto de seguridad social.
Es decir, todo se hizo “en lo obscurito” y a los beneficiarios los condicionaron que, a nadie por ningún motivo, les tenían que decir que estaban ahí para recibir un puesto de trabajo en el IMSS. Por eso todos decían que iban a “hacer ejercicio”.
Eso que ocurrió es otro escándalo más del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), en la sección 1 que abarca el estado de Puebla, donde la corrupción parece “un barril sin fondo”.
Ahora ha trascendido que esa reunión fue para “esconder” el proceso mediante el cual se recibieron los documentos de los interesados en trabajar en el IMSS y solamente se enteraron ciertos miembros del gremio, a quienes les habrían “comprado la conciencia” a cambio de darle puestos laborales en el Seguro Social a sus allegados.
Resulta que los días 7 y 8 de abril, en León, Guanajuato, se va a realizar el LXXIX Congreso Nacional Ordinario del SNTSS y entonces, los actuales dirigentes del sindicato en Puebla habrían manipulado la bolsa de trabajo para obtener la mayoría de los delegados que acudirán a ese encuentro de la organización.
¿En qué consistió la manipulación? En que, al parecer, se condicionó a ciertos liderazgos que si votaban por los candidatos de la dirigencia sindical de Puebla –a ser delegados en el Congreso Nacional Ordinario— entonces los beneficiarían con las propuestas de trabajo.
La necesidad de ocupar esos espacios es que este año la sección 1 renueva a su dirigencia, luego de que a finales de 2023 fue destituido Sergio Herrera como secretario general del SNTSS, tras una auditoría –ordenada por el Comité Ejecutivo Nacional– en la cual se le habría encontrado múltiples anomalías financieras.
Quien quedó al frente del sindicato es Antonio Miztnahuatl, quien es el secretario del Interior y controla los órganos de elecciones de la organización.
Se dice –entre los trabajadores— que Miztnahuatl sería el responsable de haber manipulado la bolsa de trabajo.
Todo con el propósito de hacer ganar a las planillas que se identifican con sus intereses políticos.
Y efectivamente, el pasado 12 de marzo, se eligieron los delegados al Congreso Nacional Ordinario y resulta que la planilla apoyada por Edna de la Cuesta le ganó a la fórmula de Damián Momox, por una diferencia de 101 contra 90 representantes electos. Un resultado atípico en la óptica de algunos sindicalistas.
Tanto Momox como Edna de la Cuesta son firmes aspirantes a la secretaria general del sindicato.
A finales del año pasado, se eligieron a los representantes sindicales a nivel estatal y ahí la expresión de Momox ganó el 25.4 por ciento de los espacios, en contra de otros cuatro aspirantes a la secretaría general, que quedaron muy abajo del puntaje del primer lugar.
Sin duda alguna serán los trabajadores del IMSS lo que acabarán decidiendo –mediante el voto directo y secreto– cuál de las cinco expresiones políticas que compiten tiene más apoyos y ganará la nueva dirigencia gremial.
Lo que sí es grave, es que muchos puestos laborales en el IMSS se decidan por “grillas sindicales” y no por medir capacidades de quienes ocupan los espacios.
