En los días previos a la sesión del Consejo Estatal del PAN el grupo de Eduardo Rivera Pérez supo que perdería la elección del nuevo presidente del partido, no por la estimación de votos que podría obtener su candidato Felipe Velázquez Gutiérrez, sino porque se percató que no tenía el apoyo del Poder Ejecutivo, en manos de la 4T.
La anterior es una versión que cuentan algunos panistas, que se ignora si es verídica y que suena más a una justificación de la derrota de parte de los riveristas, aunque tampoco se debe descartar que si haya ocurrido.
Se dice que, faltando poco para la votación interna de los 114 consejeros estatales del PAN, el exalcalde de la capital, Eduardo Rivera Pérez, habría mandado a un enviado a acercarse al gobernador Alejandro Armenta Mier, para sondear cuál era su percepción del proceso interno del partido de la derecha.
La pregunta concreta, palabras más, palabras menos, habría sido: ¿Quién le gustaría que sea el próximo presidente estatal del Partido Acción Nacional?
O también a la inversa: ¿Quién de los dos candidatos, Mario Riestra Piña o Felipe Velázquez, no quiere que llegue a la presidencia del PAN?
Los que cuentan esta historia dicen que el gobernador Alejandro Armenta Mier simplemente no respondió a ninguna de las dos posibles preguntas.
Que con gestos habría dado entender que no era asunto suyo.
Difícil saber si realmente ocurrió esa presunta “consulta”.
Lo interesante de esta historia es que, ante el supuesto silencio del gobernador, los panistas riveristas habrían interpretado que desde el Poder Ejecutivo se prefería a Mario Riestra Piña, quien finalmente ganó la acotada contienda interna del albiazul.
El aparente sustento para decir que las preferencias de Casa Aguayo eran a favor de Riestra, es que el enviado siempre se habría identificado como un destacado miembro del grupo político de Eduardo Rivera Pérez, quien ahora es parte de la dirigencia nacional panista.
Difícil creer en la versión porque surge una pregunta básica: ¿desde el gobierno del estado cómo podían cambiar las preferencias individuales de poco más de 100 consejeros panistas? Se antoja muy complicado que desde el Poder Ejecutivo pudiera haberse modificado el rumbo de la contienda interna de dicha fuerza política.
Pero al mismo tiempo, hay ciertos antecedentes que hacen creer que, si pudo existir esa hipotética “consulta” y estos son que, Eduardo Rivera y sus seguidores fueron acríticos de la 4T en los últimos años.
Siempre funcionaron acomodándose a los intereses del gobernador morenista en turno.
Por eso Eduardo Rivera en su faceta de candidato a la gubernatura, en el proceso electoral de este año, nunca logró adquirir el estatus de un opositor fuerte de la 4T.