Una simple reunión -y la difusión de la misma- ha desatado todas las especulaciones en el PAN de Puebla.
¿Será Juan Carlos Mondragón Quintana el caballo negro para la sucesión en la dirigencia estatal?
¿Es la carta oculta -y verdadera- de Eduardo Rivera Pérez?
¿El ex candidato a la gubernatura juega con el alcalde Adán Domínguez Sánchez solo como distractor?
Y es que esta semana trascendió que Juan Carlos Mondragón, quien fue líder del Partido Acción Nacional en tiempos del morenovallismo -aunque tuvo que exiliarse al extranjero-, fue objeto de una cálida recepción por parte de un grupo de conocidos panistas, todos y todas plenamente identificados con Eduardo Rivera.
En la fotografía que circuló en redes sociales, aparecen, entre otros:
Hugo Martínez.
Rafael Von Raesfeld.
Guadalupe Arrubarrena.
Enrique “El Huevo” Guevara.
Ana María Jiménez.
Alfredo Ramírez.
Rodrigo Castro -hijo del secretario general del CDE del PAN, Marcos Castro-.
Bernardo Arrubarrena.
Francisco Mota.
En medio de todos, de pantalón caqui y camisa azul, un muy sonriente Juan Carlos Mondragón.
El mismo que, según cuentan, fue apapachado por los asistentes, hasta la ignominia.
Hasta donde se sabe, Mondragón vive desde hace algún tiempo en Reino Unido, al lado de su familia.
Allá le va muy, muy bien.
Ya concluyó su doctorado en Economía Política Global en la Universidad de Bristol, Inglaterra,
Y actualmente es profesor de Política Empresarial Internacional en esa misma institución.
No tiene planes de regresar a Puebla.
O, por lo que se observa, no los tenía hasta hace muy poco.
Porque en política, nada está escrito en piedra.
Y todo cambia -o se transforma- de la noche a la mañana.
Por eso la duda:
¿Será Juan Carlos Mondragón Quintana el caballo negro para la sucesión en la dirigencia estatal?
¿Es la carta oculta -y verdadera- de Eduardo Rivera Pérez?
¿El ex candidato a la gubernatura juega con el alcalde Adán Domínguez Sánchez solo como distractor?
Y es que, según muchos panistas, el presidente municipal de Puebla es una muy buena ficha para suceder a Augusta Valentina Díaz de Rivera.
Sin embargo, se le percibe demasiado cercano a Eduardo Rivera.
Y eso no sólo puede ir en su contra, sino que no gusta mucho, precisamente, a los militantes.
¿Será que por eso van a habilitar a Juan Carlos Mondragón como el Plan B -o Plan C, en el entendido de que el propio Eduardo Rivera podría perfilarse para la dirigencia estatal-?
Nadie lo sabe, pero la reunión (y la fotografía) llamó poderosamente la atención y desató no pocas interpretaciones.
¿Es la señal?
¿Va a dejar la buena vida que tiene en Reino Unido para venir al infierno de la política poblana?
Habrá que ver si solo fue un encuentro de amigos o el inicio de otra cosa.
Juan Carlos Mondragón es un yunquista de cepa al que hoy, todavía, muchos panistas le reprochan no haber sabido defender al PAN de los tentáculos de Rafael Moreno Valle Rosas, que se apoderó del mismo cuando él fue dirigente estatal, y muy fácil, tan fácil como quitarle un dulce a un niño.
Pero bueno, ésa, ésa es otra historia.