La transición gubernamental en Tehuacán se ha vuelto complicada y conflictiva por la rivalidad que no cesa, que se acrecienta, pese a que ya pasaron dos meses y medio de los comicios del 2 de junio, entre el alcalde saliente Pedro Tepole Hernández y el edil entrante Alejandro Barroso Chávez, ambos personajes pertenecientes a la 4T.
De poco o nada ha servido los esfuerzos, los llamados públicos, el sentarlos en una misma mesa de diálogo, para que ya puedan limar asperezas.
Los mismo ya intervino el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, así como el próximo mandatario estatal Alejandro Armenta Mier. Además del secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón, la dirigencia de Morena y se dice que, hasta los empresarios y líderes religiosos de la región, sin que haya un resultado favorable.
Pedro Tepole tiene una actitud inamovible de que, faltando 5 días para el cambio de gobierno, le dará la información del ayuntamiento al próximo alcalde. Antes no habrá nada.
Alejandro Barroso ya está urgido de conocer la situación financiera del ayuntamiento, las obras públicas que están pendientes de terminar y el estado de los servicios públicos. Aunque ha pedido que la información se dosifique y se le entregue poco a poco, no ha logrado obtener un solo dato duro de la situación que guarda el gobierno de la segunda ciudad más importante del estado.
Se nota un mayor esfuerzo de Barroso Chávez de conciliar, de querer dejar atrás la confrontación y alcanzar un arreglo con quien será su antecesor en el cargo de presiente municipal.
Mientras que en Pedro Tepole se aprecia una obsesión de llevar su pleito contra el edil electo hasta las últimas consecuencias. Por eso, aunque ha recibido dos veces a los miembros de los equipos del alcalde que lo va a suceder, al final no les entrega la información requerida.
Barroso hace unos días, en lugar de buscar una solución a este pleito, le echó más leña al fuego al hacer un llamado a los contribuyentes del municipio a que ya no le paguen nada al actual gobierno local, sino que se esperen para cumplir con sus obligaciones hasta que inicie, en octubre próximo, el nuevo ayuntamiento.
A su vez el gobierno de Tepole, sigue entregando obras públicas, cuya construcción inició en este año, pero sin tomar en cuenta a Alejandro Barroso. Algunos funcionarios de la Comuna actúan como si no fuera a cambiar la administración municipal.
La raíz del conflicto, en mucho, se debe a que Pedro Tepole todavía no acaba de asimilar que fue derrotado en las urnas, bajo las siglas del PVEM, por un candidato que parecía débil y extraviado en las campañas electorales.
Su agravio parte de que él, dicen fuentes bien informadas, ganó la encuesta interna de Morena que se levantó para elegir al candidato de la 4T.
A final, la postulación que le correspondía a Tepole se la acabaron otorgando al ex legislador Alejandro Barroso.
Ese movimiento se debió a una negociación que Morena emprendió con Ignacio Mier Velazco, el líder de la bancada de diputados morenistas en el Congreso de la Unión, quien exigió la candidatura de alcalde en Tehuacán a favor de Barroso, como condición para no romper –en pleno proceso electoral—con el entonces candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta Mier.
Tepole al no obtener la postulación de Morena, se refugió en el PVEM y desde ahí, una y otra vez repitió, prometió en campaña, que iba a derrotar a Morena y su candidato, Alejandro Barroso, en una proporción de dos a uno.
Al final ocurrió lo contrario, Barroso vapuleó a Tepole.
Y el ganador de la contienda también acabó agraviado, pues Barroso denunció que ganó, pese a la intensa compra de votos de su contrincante.
Al final en Tehuacán ocurre un pleito dentro de la 4T, que amenaza la estabilidad del próximo gobierno local.