Al actual ombudsman de Puebla, José Félix Cerezo Vélez, le queda a lo mucho cuatro meses en esta función, lo cual sin duda alguna es una buena noticia, ya que este personaje se destacó por volver invisible, imperceptible, irrelevante, a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH).
La mala noticia es que se tiene la percepción de que Cerezo Vélez buscaría reelegirse o intentar imponer a alguno de sus allegados, para que de esa manera la CDH siga siendo un organismo “políticamente correcto” con en el grupo en el poder, en detrimento de la defensa de los derechos humanos, que cada vez son más pisoteados.
Se dice que el ombudsman ya tiene a sus dos candidatos que, buscaría recomendar para que lo sustituyan, como garantía de que cualquiera de ellos, harían lo mismo que él: hacer que la CDH sea indulgente con el gobierno del estado.
Las dos propuestas que Félix Cerezo tendría “bajo la manga” son: Jessica Calderón García, quien es la tercera visitadora de la CDH y según algunas fuentes internas del organismo, es quien realmente saca adelante la mayor parte del trabajo de la comisión, ante las constantes ausencias del titular.
El segundo aspirante, que tendría mayores posibilidades de llegar al cargo, es el abogado Jorge Arroyo Martínez, quien en alguna temporada fue el director de Seguimiento de Recomendaciones, Conciliaciones y Asuntos Jurídicos de la CDH.
Muchos lo ven como el favorito porque se le vio muy metido en la reciente campaña electoral, al parecer brindando “asesoría” en materia de derechos humanos al equipo de Morena que compitió por la gubernatura de Puebla.
La primera decepción de la 4T
El 7 de noviembre de 2019, los diputados locales Josefina García Hernández, Juan Pablo Kuri Carballo, Raúl Espinosa Martínez, Uruviel González Vieyra y Bárbara Dimpna Morán Añorve, publicaron el acuerdo mediante el cual –con la anterior fecha— se iniciaba la gestión de José Félix Cerezo Vélez como presidente de la CDH y se estableció que, su periodo fenece el próximo 6 de noviembre de 2024.
Si se toma en cuanta como se decidió la última designación del presidente de la CDH, se entiende que el proceso para buscar al sucesor de Cerezo Vélez tendría que estar ya “a la vuelta de la esquina”.
Hace 5 años, en agosto se emitió la convocatoria para renovar a la Comisión Estatal de Derechos Humanos y hubo una respuesta inigualable ya que, para la primera quincena de septiembre, se habían registrado 25 aspirantes: 16 hombres y 9 mujeres.
El grupo de suspirantes era variopinto: había personajes nefastos del morenovallismo, políticos y varios activistas comprometidos con la defensa de los derechos humanos.
Había dos figuras notables: Luis Soriano Peregrina, un abogado experto en derecho humanos, que fue perseguido político del morenovallismo y un destacado cuadro de la 4T.
Y María Elena Guerrero Flores, una especialista en derechos humanos y en bioética. Ella estaba libre de cualquier liga con alguna fuerza política.
Al final se optó por una de las peores propuestas, mediante un proceso amañado de los diputados locales de Morena, que alteraron la convocatoria para darle cabida a José Félix Cerezo Vélez.
Lo que dejó “un sabor de boca” de que lo nombraron por “un favor” que se dictó desde el gobierno del estado al Poder Legislativo.
Cerezo Vélez es egresado de dos universidades privadas, de corte conservador, cuya carrera como abogado principalmente se desarrolló en el ámbito de la justicia electoral.
En 2015 entró a laborar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y en 2019, dejó el cargo, sin cumplir siquiera los cuatro años de labores.
Ese último aspecto es muy relevante, porque la convocatoria del Congreso de Puebla establecía que los aspirantes a ser el nuevo ombudsman debían demostrar tener un mínimo de cinco años de experiencia en actividades directamente relacionadas con la defensa de los derechos humanos.
Con la selección José Félix Cerezo Vélez los entonces diputados de la 4T mandaron un contundente mensaje: habían llegado al poder para “cambiar las cosas y al final, todo quedara igual”, tal como pasaba en la época de dominio del PRIAN.
Ahora los nuevos legisladores de la 4T tienen la posibilidad de enmendar el panorama y mostrar un poquito de dignidad, de compromiso con los derechos humanos, y nombrar un buen ombudsman.