En el Poder Judicial ya se cuenta con una lista de 29 nuevos jueces; pero al mismo tiempo se tiene la percepción de que los miembros del Consejo de la Judicatura “se sirvieron con la cuchara grande”, porque en la mayoría de los nombramientos lo que habría privado fueron las recomendaciones de magistrados y jueces, así como el favoritismo a parientes e incluso parejas sentimentales de quienes toman las decisiones en ese ámbito del servicio público. Por eso muchos litigantes ven con desconcierto que este cambio generacional de los togados no necesariamente va a significar una mejora en la calidad de la justicia en Puebla.
Incluso algunos conocedores de los entretelones del Poder Judicial han revivido una máxima que decía un ex magistrado que, se destacó por ser de los primeros presidentes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que más o menos era así: “En el Poder Judicial de Puebla valen más los conocidos, que los conocimientos”.
Y es que, aunque se aplicó un primer examen de oposición –en abril pasado— para elegir a los nuevos jueces, en el “radio pasillo” del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) domina la idea de que esa evaluación fue una farsa y la mayoría de los juzgadores recién electos no se destacan por haber sido los que más demostraron tener mayor preparación y experiencia para ocupar las vacantes en los juzgados.
Otra versión que domina es que en el Poder Judicial hubo una especie de albazo para que la designación de los jueces se diera antes de que el próximo gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, rindiera protesta como titular del Poder Ejecutivo.
Se evitó que el nuevo mandatario pudiera influir para frenar la designación de jueces ante la poca confianza que se le tiene al examen de oposición en cuestión que, tuvo una peculiaridad negativa, fue un grupo de magistrados los que calificaron las evaluaciones y algunos de ellos, traían sus listas de recomendados. Querían colocar a sus subalternos o parientes.
Los nuevos jueces son siete de los juzgados de lo civil, 13 de lo penal, 8 de lo familiar y 1 del ámbito mercantil.
De acuerdo con lo que se comenta entre miembros del TSJ, seguramente algunos lo hacen con malicia y sin fundamento, pero otros lo hacen de manera acertada, estos son algunos ejemplos de los vicios en la selección de los jueces:
Adán Hernández será juez de lo civil y se dice que habría llegado por una recomendación de la magistrada María Guadalupe Muñoz Pérez.
María Dolores López Rubí será juez de lo familiar y destaca porque es hija del ex magistrado Álvaro David López Rubí.
Jaime Arroyo encabeza la lista de los nuevos jueces de lo civil y se destacó porque como secretario de juzgado nunca tuvo un trabajo brillante.
Gabriela Juárez será titular de un juzgado de lo civil y es hija de Helidoro Juárez, quien forma parte de los 10 jueces que recientemente el Consejo de la Judicatura obligó a “jubilarse voluntariamente a la fuerza”.
Ana Karen González también se ubica en el ámbito de la justicia civil y antes era proyectista, lo que permitió que un juez la habría recomendado. Es lo que dicen los rumores.
Cristiana Pérez tendrá la responsabilidad de ser juez de lo familiar y como secretaria de Acuerdos en el juzgado de Huejotzingo había muchas quejas por su no tan buen desempeño.
Natalia Alba Bolaños fue proyectista del ex magistrado Elier Martínez.
Lishedy Zepeda es hija de Enrique Zepeda, otro juez que obligaron a adelantar su retiro del TSJ.
No cabe duda de que en el Poder Judicial poblano “ven que tiembla y no se ponen a rezar”.
Es tan grande el desprestigio de la justicia en México y no hacen nada para cambiar esa percepción.