El tsunami electoral que encabezaron Claudia Sheinbaum y Alejandro Armenta le alcanzó a Morena para conseguir lo que los antiguos priistas denominaban como “el carro completo”.
El nuevo partidazo se quedó con las principales presidencias municipales de la entidad, ya sea a través de Morena o de sus partidos satélites, a excepción de San Andrés y San Pedro Cholula que se mantuvieron en manos de la coalición opositora.
Morena y sus aliados obtuvieron de acuerdo al PREP las 16 diputaciones federales que estuvieron en juego y las 26 locales, con lo cual se quedan sin representación proporcional, pero ni lo necesitan.
De la misma forma, fue impresionante ver que Armenta y su equipo lograron alcanzar la meta de 2 millones de votos que le ofrecieron a la ahora candidata presidencial triunfadora, Claudia Sheinbaum, lo cual parecía ser imposible.
A inicios de la campaña se mencionaba una y otra vez esta meta de 2 millones de votos y se decía que era prácticamente imposible de alcanzar, no obstante, el candidato morenista la logró y todavía la rebasó por 22 mil sufragios más, lo que se traduce a nivel nacional en la consecución del plan C, aunque aún falta por ver, la aplicación de la fórmula de distribución de curules en el senado de la República.
Puebla se convierte en el cuarto estado otra vez, que más votos le da la cuarta transformación y a su, en este caso, candidata presidencial, tal y como ocurrió en el 2018 con López Obrador en la boleta.
La entidad tuvo un 64 por ciento de participación por parte de los ciudadanos, quienes se volcaron a las urnas a favor de Sheinbaum y de Armenta, rompiendo el “mito” que muchos creíamos, de que una amplia participación ciudadana, beneficiaría a la oposición y no al oficialismo y resultó todo lo contrario.
Ahora esperemos que el famoso “amor con amor” se paga, de López Obrador, realmente se cumpla y que Puebla se vea presupuestalmente beneficiada en la asignación anual de recursos, porque existen muchas promesas de campaña, que ya veremos si se hacen realidad en la próxima administración.
Otro apunte interesante de este proceso, es que paradójicamente, el difunto gobernador, Rafael Moreno Valle, intentó acomodar los tiempos electorales a su favor, con la mira puesta en la Presidencia de la República, pero jamás pensó que la iba a acomodar los tiempos a Morena, cuya maquinaría electoral se ha dejado ver imparable, una vez que la elección local se hizo concurrente a la presidencial, ya que las dos veces han arrasado en la entidad, 2018 con López en la boleta y ahora 2024 con Claudia Sheinbaum.
La gran beneficiaria de la reforma electoral llevada a cabo por Rafael Moreno Valle, la cual creó la mini gubernatura y las presidencias de 4 años 8 meses, ha sido Morena, quien se ha beneficiado de hacer concurrente la elección presidencial, con la de gobernador.
Clave en esta estrategia electoral que llevó a Morena a obtener los más de 2 millones de votos prometidos a Sheinbaum, es sin duda, el secretario de Educación Pública, Jorge Estefan Chidiac, quien como si se tratase del mejor de los cirujanos, cortó con bisturí al PRI en Puebla, lo hizo pedacitos y lo último que quedaba de su voto, se lo llevó al Verde, partido político al cual, habrá que seguir con lupa en los próximos años, porque después de Morena, es la fuerza política con mayor futuro en Puebla.
Ya en 2019 Estefan había demostrado su eficiencia como operador político, al mandar los votos del PRI al Verde y al PT, pero ahora realizó su tesis doctoral y con honores, el arrebatarle el tricolor, lo poco que le quedaba en la sierra Norte y la Mixteca y lo puso a favor de Sheinbaum y de Morena, ahí están los resultados del PREP, mismos que serán seguramente objeto de un próximo análisis en este mismo espacio.
El PAN se quedó con los negativos del PRI y con el cascarón y Estefan se llevó los votos a favor de Armenta y de Morena, lo cual significa, diputaciones y presidencias municipales. El “padrino” ya tiene nuevos “ahijados”.
El “raro” comportamiento electoral de las Cholulas y Coronango. Las Cholulas, San Andrés y San Pedro, así como Coronango, son un caso digno de analizar en la elección que recientemente transcurrió.
En San Andrés, San Pedro y Coronango, ganaron Sheinbaum, Armenta, Nacho, la candidata a diputada federal, Karina Pérez y la local, Nay Salvatori, pero a la presidencia municipal, ganaron tanto Lupita Cuautle, Roxana Luna Porquillo y Gerardo Sánchez Aguilar, raro, ¿no?
Es un comportamiento electoral muy atípico, en una elección, en donde muchos pensamos, la zona conurbada era un bastión del albiazul, pero se pintó de guinda, salvo en estas tres demarcaciones, las cuales se “salvaron” del tsunami guinda que hundió todo lo que se encontró a su paso.
¿Qué hicieron estos tres candidatos que los demás no?