En 2018, el triunfo electoral más importante de la 4T en el estado de Puebla, sin duda alguna, fue ganar la alcaldía de San Andrés Cholula, debido a que se rompió por primera vez –en un periodo de 23 años– el dominio del PAN, que convirtió a ese municipio en uno de sus bastiones más importantes en el país. Ahora la posibilidad de repetir esa osadía se ha desvanecido por dos factores: la unidad que el edil Edmundo Tlatehui Percino ha logrado entre las corrientes panistas; y la división, así como la confrontación, que domina entre las facciones de Morena.
Hace unos días, el actual presidente municipal de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui, logró sentar en la misma mesa y crear un pacto de unidad a los exediles Guillermo Paisano Arias, David Cuautli y Omar Coyopol, además de varios fundadores del PAN, líderes juveniles y dirigentes del albiazul.
Esa condición le ha permitido generar el consenso, entre la mayoría de los líderes regionales del PAN, de apoyar su intento de reelección como edil de uno de los municipios con mayor desarrollo inmobiliario del país, luego de que en la contienda de 2021 derrotó a la morenista Karina Pérez Popoca, quien buscaba repetir como alcaldesa.
Tlatehui, en general, consiguió el respaldo para su peculiar modelo de sucesión, en el cual ha establecido que si la convocatoria del PAN marca género femenino para San Andrés Cholula, entonces la candidata será su esposa, Guadalupe Cuautle Torres, y si es masculino, el abanderado será el actual edil.
Muchos suponen que la contienda electoral presente será la revancha de Karina Pérez Popoca en contra de Edmundo Tlatehui Percino, y que la morenista tendrá más ventaja por ser oposición, mientras que el edil panista enfrenta un desgaste de poder. Un esquema que parece muy lógico.
Sin embargo, las cosas no caminan bien para Pérez Popoca quien enfrenta un fuerte malestar de grupos sociales del municipio y de corrientes internas de Morena que le reclaman constantemente que los ignoró cuando fue presidenta municipal.
“Una herida que sigue viva”, es la ruptura que hubo a la mitad del trienio de Pérez Popoca con la corriente de Adán Xicale Huitle, luego de que ambos habían sido los líderes más importantes de la resistencia contra el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas, cuando intentó construir un parque temático en la zona arqueológica de Cholula.
El segundo aspirante fuerte de la 4T es Raymundo Cuautli Martínez, quien no logra avanzar entre los militantes de Morena por sus antecedentes como militante del PRD y del PAN.
Un tercer contendiente por la nominación de la izquierda es Eduardo García Casas, mejor conocido como Yayo Casas, quien ha sido activista y dirigente del PT desde 2018, y tiene la principal característica de que es hijo de uno de los fundadores del Yunque y del Frente Universitario Anticomunista, Eduardo García Suárez, “El Pichón”.
El principal obstáculo para Yayo Casas es que un sector fuerte del electorado no acepta a políticos que no son parte de las familias tradicionales de San Andrés Cholula.
Despiden a Blas Soto, el coordinador de Sembrando Vida en Puebla
A finales de este mes, dejará de laborar Blas Eduardo Soto López como titular de la Coordinación Territorial de Sembrando Vida en el estado de Puebla, luego de que se habría producido un despido fulminante contra este funcionario que, desde el año 2021, ha venido acumulando denuncias por actos de corrupción en agravio de núcleos ejidales y por señalamientos de presuntas agresiones sexuales, de una de ellas ya tiene conocimiento la Fiscalía General del Estado.
No se sabe bien cuál de todas las acusaciones que se han producido contra este personaje fue lo que provocó su cese como responsable de unos de los programas sociales más importantes del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que fue diseñado para combatir la pobreza y la falta de empleo en el medio rural, además de preservar el medio ambiente con la siembra de millones de árboles.
Para el caso de Puebla el padrón de beneficiarios de Sembrando Vida ya alcanza a los 16 mil campesinos de 103 municipios. Y se ha intentado exportar el modelo a las regiones de Centroamérica y una parte de Sudamérica como una manera de frenar el flujo de migrantes irregulares, a través de la generación de fuentes de trabajo mediante las labores de reforestación.
Una de las últimas denuncias que se presentó contra Blas Soto data del 6 de octubre pasado, en la cual los miembros del ejido Venustiano Carranza, del municipio del mismo nombre, luego de calificarlo como “un acosador sexual y laboral” lo acusaron de poner a la venta las plantas destinadas a la reforestación con árboles frutales y maderables, cuando se supone que ese insumo es gratuito. Fue un regalo al núcleo campesino de parte del presidente López Obrador.
En el texto de la exposición de las anomalías, que fue recibido en la Presidencia de la República, tal como consta en los sellos de acuse del Palacio Nacional, se asevera que a los labriegos se les amenaza con expulsarlos del programa en cuestión si se atreven a reportar alguna de las anomalías, que van desde venderles ilegalmente las plantas de árboles hasta sufrir agresiones físicas y verbales cuando no aceptan el condicionamiento que les imponen.
Antes de los señalamientos por los cobros no legales en la ejecución del programa Sembrando Vida, surgieron acusaciones de supuestas agresiones sexuales contra mujeres que se incorporaron a la Coordinación Territorial de dicho sistema de desarrollo social.
A Blas Eduardo Soto López alguien le brindó protección en la Secretaría de Bienestar del Gobierno federal, ya que durante mucho tiempo hubo “oídos sordos” a las quejas en su contra. Su suerte terminó hace unos días en que se decidió su salida definitiva del Gobierno federal.