El alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, se encuentra en una situación muy cómoda rumbo al 2024, aunque, por supuesto, en breve ya tendrá que definir cuál va a ser su destino y entonces sí, hacer frente a la encrucijada de ir por la gubernatura, encabezar la fórmula del PAN al Senado de la República o buscar la reelección en el cargo.
Por supuesto, cada uno de estos escenarios han sido analizados por el edil capitalino y su equipo, quienes han visto cómo se modifican las cosas con la irrupción en el escenario político de Xóchitl Gálvez, quien estableció una excelente relación con Rivera Pérez, durante su pasada visita a Puebla.
De hecho, Gálvez y Rivera cenaron en privado un día antes de las actividades que llevó a cabo en Puebla la aspirante a la Presidencia de la República; en el encuentro celebrado en casa del edil capitalino, solo estuvieron presentes el alcalde, su esposa Liliana Ortiz y la senadora.
El edil capitalino mantiene también una muy buena relación con el actual mandatario, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien, cuentan, interrogó a inicios de año a Eduardo sobre su futuro político, a lo que el edil capitalino contestó que no iba a ir por la gubernatura y que más bien prefería irse al Senado o buscar la reelección, pero esto ocurrió antes de que Xóchitl Gálvez irrumpiera en el escenario político como una opción para poder alcanzar la Presidencia de la República, cobijada por las siglas del PAN, el PRI y el PRD.
De ahí que se hayan soltado varias versiones en torno a que Eduardo ya no iba a ir por la gubernatura. Lo cierto, es que fiel a su estilo, prudente, Eduardo analiza cada una de las opciones que tiene como parte de su “abanico”.
A algunos les parece muy tibia la actitud del edil, pero más bien es cautelosa, reitero, debido a la comodidad en la cual se encuentra y en donde tiene la oportunidad de visualizar cómo se acomodan los escenarios políticos de la entidad.
Posicionamiento lo tiene, sabe que, si no es él el candidato, la oposición no tiene otro “gallo” que le pueda poner el “cascabel al gato”, como lo señalé en mi pasada entrega.
Rivera Pérez ha fijado sus propios tiempos para resolver su encrucijada. ¿Cuáles son estos tiempos? Primero, ver cómo se va a resolver la contienda de Morena a la Presidencia de la República. Es decir, quién va a ser la designada o el designado, si Claudia Sheinbaum, como todo indica, o Marcelo Ebrard.
Luego de esto, ver si Morena logra salir unida de este proceso o si se da algún desprendimiento, principalmente por parte de Marcelo Ebrard, quien pudiera inconformarse en caso de no resultar favorecido con la candidatura. Esto se sabrá ya en octubre.
A la par, Rivera Pérez también está pendiente de lo que va a ocurrir en la interna del Frente Amplio por México, en donde su apuesta es que la candidata sea Xóchitl Gálvez, la cual tiene mayores posibilidades de triunfo que cualquiera de las otras cartas de la oposición.
Mientras todo esto se desarrolla, Eduardo Rivera preparará el Grito de Independencia al lado del gobernador Céspedes y lo que será su segundo informe de labores al frente de la administración municipal de Puebla capital, evento al cual busca darle toda la fuerza posible y en donde seguramente ya habrá un mensaje, respecto al futuro del habitante del palacio de Charlie Hall.
Transcurrido estos eventos Eduardo estará muy pendiente para ver cómo se desarrolla la contienda interna de Morena a la gubernatura de Puebla, para conocer a quien vaya a ser su posible adversario, pero, sobre todo, para ver si Morena en Puebla, se divide o no, luego de que se sepa quién será el candidato.
Esto ocurrirá muy seguramente antes de que se termine el año, esa es la ventaja de Eduardo, que él puede esperar a poder ver cómo se acomodan todos los escenarios, para luego de esto, en los primeros días del nuevo año, el 2024, tomar ahora sí su decisión.
Por eso al alcalde capitalino no le corre prisa, los tiempos se le acomodan a la perfección y juegan a su favor para poder tomar una decisión.
El edil capitalino, además, jugará un papel preponderante en la decisión de quien vaya a ser el candidato del Frente a la alcaldía de Puebla, es decir, su posible sucesor en el cargo, porque necesita de al menos entre 380 mil y hasta 400 mil votos en Puebla capital, para poder ser competitivo al interior del estado.
La fuerza de Riestra y Zaldívar
La dupla conformada por el diputado federal Mario Riestra Piña y el presidente del Comité Municipal del albiazul, Jesús Zaldívar Benavides, una vez más demostró su eficacia, al conseguir y sin emplearse a fondo más de 50 mil firmas a favor del Frente Amplio y de sus principales aspirantes, Xóchitl Gálvez y Santiago Creel Miranda.
Zaldívar aportó el peso de su estructura para apoyar de manera equitativa a Gálvez y Creel, por indicaciones del líder nacional de albiazul, Marko Cortés, mientras que Riestra, apoyó también a la senadora, pero por solidaridad con su compañero en la Cámara, le aportó más a Santiago.
Alejandro Carvajal va por la alcaldía
El “caballo negro” de la contienda interna de Morena por la alcaldía de Puebla es el diputado federal Alejandro Carvajal, quien es el único en haber ganado la reelección en el 2021, en Puebla capital, contienda en donde Acción Nacional ganó tres de los cuatro distritos que comprende esta demarcación.
Estas son suficientes cartas credenciales como para levantar la mano, amén de ser un hombre con mucho trabajo al interior de Morena y no como otros arribistas que ahora quieren sumarse al partido oficial.
Carvajal va y busca encabezar la encuesta que habrá de realizarse al interior de Morena, para elegir al candidato a la alcaldía de Puebla.
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Ilustración: Alejandro Medina