La madrugada del 15 de diciembre de 2022, Sergio Salomón Céspedes Peregrina se convirtió en gobernador de Puebla tras la muerte de Miguel Barbosa Huerta.
Ello fue posible gracias a una serie de decisiones y negociaciones, pero sobre todo por el voto a favor de todos los diputados y todas las diputadas de la LXI Legislatura, salvo uno, del PAN, que lo hizo en contra.
Durante al menos un par de días, las legisladoras y los legisladores, especialmente del PRI y del PAN, resistieron toda clase de presiones, incluso amenazas provenientes desde la capital del país, donde diversos grupos políticos, especialmente el de Ignacio Mier, intentaron tomar el poder por asalto, aprovechando las horas de inestabilidad, incertidumbre y tensión que generó el fallecimiento de Barbosa Huerta.
Los diputados y las diputadas entendieron el momento que Puebla vivía en otro episodio trágico y actuaron en consecuencia, corriendo todos los riesgos y asumiendo todas las consecuencias.
En la CDMX, los dirigentes del PRI y PAN, “Alito” Moreno y Marko Cortés, respectivamente, ya habían pactado en Bucareli, en secreto, con el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y decidido el futuro de los poblanos. 7
A espaldas de los ciudadanos, se repartieron secretarías, presupuestos, canonjías y hasta gubernaturas…
Pero en el Congreso del estado hubo una especie de rebelión, rebelión silenciosa -que incluyó la célebre “Noche de los Celulares Apagados”, cuando nadie le contestó a Adán Augusto López-, y las diputadas y los diputados, todos excepto uno, encumbraron a uno de los suyos: Sergio Salomón, hasta ese momento líder del Congreso.
En otras palabras: se la jugaron con Puebla y con el hoy gobernador del estado.
Por eso, justamente por eso, a nadie debe extrañar ni espantar ni sorprender que Sergio Salomón haya retomado un ambicioso proyecto iniciado por Barbosa Huerta y lo haya no sólo mejorado, sino adoptado como propio: la nueva sede del poder Legislativo, cuya primera piedra se colocó el pasado viernes allá en la zona de Los Fuertes.
Hombre agradecido, amigo de sus amigos, Sergio Salomón cumplirá así un añejo sueño de los legisladores locales, en todas las épocas.
Como todo mundo sabe, el actual Palacio Legislativo, en el Centro Histórico, ya no es funcional; de hecho, presenta algunos daños estructurales severos a consecuencia de los últimos sismos-, y el alternativo, el inmueble “El Mesón del Cristo”, ubicado en la 8 oriente, donde por años estuvieron las oficinas de El Heraldo de Puebla, es insuficiente y poco operativo, sobre todo en términos de movilidad: carece, entre otras cosas, de estacionamiento suficiente.
El nuevo edificio del Congreso tendrá una superficie total de 25 mil 696 metros cuadrados, contará con salón de Pleno, salas de reunión y acuerdos parlamentarios, salón de protocolos, oficinas para grupos legislativos y cubículos, así como cuatro niveles de estacionamiento con 207 cajones y más de 11 mil metros cuadrados de áreas verdes con sistemas de captación de agua pluvial y solar fotovoltaico, todo con una inversión de 700 millones de pesos.
Se espera esté listo en 2024, a tiempo para que los actuales diputados y diputadas lo inauguren y estrenen al tiempo que se despidan de la actual Legislatura, de la que salió el gobernador Sergio Salomón para orgullo de sus colegas.
Será un inmueble moderno, amigable con el medio ambiente, que mejorará las condiciones laborales de quienes trabajan en el poder Legislativo, y un espacio digno que por primera vez dará grandeza a la investidura de uno de los poderes del estado, casi siempre vilipendiado por propios y extraños.
¿Es una obra costosa?
Sí, sin duda.
Y seguramente hay otras necesidades en el estado, pero el nuevo edificio del Congreso representará un verdadero legado, uno de los más importantes del gobernador Sergio Salomón, y conllevará tanto en la forma como en el fondo todo un mensaje de tipo político, en especial para quienes entiendes de política y de relaciones humanas.
Como dice el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador:
“Amor con amor se paga”.
Y en la vida, cabría agregar, es de bien nacidos ser agradecidos.
Así de fácil, así de sencillo.
NOVEDAD EDITORIAL: LOS PADROTES DE TLAXCALA
Circula “Los padrotes de Tlaxcala. Esclavitud sexual en Nueva York”, del periodista Juan Alberto Vázquez, un libro desgarrador que relata el infierno de cientos de niñas y mujeres adultas en Tenancingo, Tlaxcala, uno de los epicentros de la trata de personas en el mundo.
Vázquez, autor también de “NXIVM. La secta que sedujo al poder en México”, cuenta cómo inició todo y desmenuza los métodos, las extorsiones, la psicología criminal y las redes de poder y complicidad que utilizan los explotadores de mujeres para extender su millonario negocio: el de la esclavitud sexual.
Lectura indispensable, sobre todo en tiempos en que este delito se ha convertido en una de las grandes amenazas de nuestra sociedad, una realidad de la que, como sabemos, no escapa Puebla.