Meses antes de la elección del Estado de México, los expertos en elaboración de encuestas daban ya por hecho la victoria de la maestra Delfina Gómez y casi aseguraban que sería de un “día de campo” la elección a celebrarse en este lugar.
Según los “sesudos” estudios de opinión dados a conocer por los “expertos”, Delfina Gómez ganaría hasta con 20 puntos de ventaja sobre la aliancista, Alejandra del Moral, a la cual solo faltó que le recomendaran no presentarse a la elección, porque de antemano decían, ya había perdido.
El día de la elección, el pasado domingo 4 de junio, hubo incluso encuestas de salida, como la de El Financiero que le dieron el triunfo a la maestra Delfina hasta por 17 puntos, cuando en realidad la elección la ganó solo por 8, pero el detalle más importante es que solo votó el 50 por ciento de la población.
Este último punto es sumamente importante y es que la publicación de encuestas, se ha convertido en un nuevo instrumento de propaganda política por parte de la 4T, para desincentivar la participación ciudadana y el modelo ha resultado ser por demás efectivo.
De esta forma, ayer platicaba en mi pasada entrega, todo pareciera ya estar definido en el 2024, la pelea por la Presidencia de la República solo es entre morenistas y lo mismo pareciera ocurrir en la gubernatura de Puebla.
Sin embargo, en ambos casos hay muchos factores por resolverse y dependiendo de estas circunstancias, es como se podrá saber si Morena va o no arrasar tanto nivel nacional como en Puebla.
Pero lo más importante de la difusión de estos estudios, es hacer creer que ya todo está definido, para inhibir la participación ciudadana, que es muy importante para definir los resultados electorales, como ya quedó evidenciado en los pasados procesos celebrados en Coahuila y el Edomex.
A finales de los años setentas y principios de los ochentas, en el México aún dominado por el partido hegemónico, el PRI, la gente no salía a votar, porque consideraba que ya de antemano las cosas estaban resueltas, además de que su voto, no tenía valor, porque no iba a ser respetado. Esto explica procesos celebrados como en el año de 1976, en donde el candidato del tricolor, José López Portillo, no tuvo contendientes, compitió solo y ganó la presidencia de la República.
Desde hace tiempo las encuestas que son sin duda un instrumento demoscópico valioso, han perdido sentido, cuando son utilizadas como instrumento de propaganda política, para desmoralizar a los adversarios, internos y externos.
En el caso de Puebla hemos visto cómo se trata de desvirtuar el papel de la oposición, haciendo creer que Morena arrasa en la entidad y que, parafraseando a los panistas en el 2007, hasta con un “burro” se puede ganar la elección.
Es cierto que la marca Morena va arriba, también lo es que tiene algunos de los aspirantes más competitivos, pero las campañas también cuentan y también cuentan los candidatos, así que no es tan fácil como decir que ya todo está resuelto, eso suena a propaganda política barata.
Las campañas políticas también cuentan y vaya que cuentan, Javier López Zavala en 2010 arrancó con 10 puntos de ventaja sobre el candidato del PAN, Rafael Moreno Valle y además contaba con el respaldo de todo el aparato gubernamental del marinismo y perdió por 10 puntos frente al aliancista.
Por su parte, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, arrancó en el 2007 con 20 puntos de ventaja sobre la priista, Blanca Alcalá, producto de la pésima imagen de la administración estatal que encabezaba, Mario Marín Torres, la campaña diseñada para Alcalá fue perfecta y la mujer supo apegarse perfectamente bien al script diseñado para ella, el resultado, Alcalá ganó con 20 puntos de ventaja sobre el panista.
Luego entonces, las campañas cuentan y los candidatos también, este es un juego que debe de jugarse, o como dijera el clásico, Yogui Berra, “esto no se acaba, hasta que se acaba”.
Una baja participación en la votación también influye y reitero, es ahí en donde las encuestas usadas como instrumentos de propaganda, juegan un papel fundamental tratando de desincentivar a la gente a salir a votar, pensando en que ya está todo escrito.
El destape de Riestra. El diputado federal del PAN, Mario Riestra Piña, se robó la plana el día de ayer, cuando logró convocar a cientos de personas en un salón social del rumbo de Zavaleta.
Cobijado por la clase política panista nacional y local, Riestra dio muestras de cómo puede ser un ejemplo de unidad al interior de este partido, al sumar a personajes del antiguo morenovallismo, como el ex diputado local y ex secretario de salud, Jorge Aguilar Chedraui, Javier Lozano o Genoveva Huerta, así como también al panismo tradicional, cuya cabeza es el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.
Mario fue arropado por cuadros como su coordinador, el diputado federal Jorge Romero, la mano derecha de Marko Cortés, así como también por el coordinador de los senadores del albiazul, Julen Rementería.
La presencia de su familia, su esposa Paty, sus hijas, sus hermanos y su operador político, el dirigente del Comité Municipal, Jesús Zaldívar, ni pudo pasar desapercibida, para quien en los hechos y ayer dejó constancia, es la carta más fuerte que puede tener el panismo para tratar de mantener el control de la cuarta ciudad más importante del país.
No podían faltar tampoco los líderes políticos de la coalición, “Va por México”, en Puebla, Carlos Martínez Amador del PRD, la diputada federal del PRI, Blanca Alcalá y Augusta Valentina por Acción Nacional, quienes, junto con el alcalde capitalino, Eduardo Rivera, fueron de las más aplaudidas.
Eduardo sentenció algo muy significativo: “Mario Riestra, si sabe hacer equipo y en un futuro, vamos a seguir juntos.
La iniciativa privada también estuvo presente, ahí estaba el presidente del CCE, Héctor Sánchez Morales, el presidente de la CMIC, Gustavo Vargas Constantini, pero una presencia aún más importante fue la del presidente del Club de Empresarios, Antonio Yitani Maccise, verdadero líder del empresariado poblano y hombre cercano al gobernador, Sergio Salomón.
Riestra ya dejó constancia de su músculo y de su capacidad de poder sumar en unidad a todo el panismo poblano, así como también de estar preparado, para lo que sea necesario
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