Aunque nadie tiene una cifra exacta, dicen los que conocen del tema que los cuatro años que lleva el senador morenista Alejandro Armenta Mier recorriendo el estado le ha permitido que de cada cinco estructuras regionales del PRI, por lo menos dos o tres estén cerca del él, bajo la idea de que podría ser un próximo candidato a la gubernatura.
Una fuente confiable del tricolor cuenta que, en cada cabecera distrital del estado, entre las principales 5 estructuras o grupos, dos o tres están abiertamente adheridas a Armenta o no descartan esa posibilidad de acuerdo con la coyuntura con que el PRI decida participar en la sucesión de 2024 y como se definan los candidatos de la 4T.
Por ahora, un factor que parece estar acelerando esa simpatía tricolor a quien fue presidente del PRI –en la catastrófica elección de 2010 en que ganó el neopanista Rafael Moreno Valle Rosas— es la cuasi ruptura de la coalición opositora. Entre las propias fuerzas vivas del Partido Revolucionario Institucional se estima que sin la alianza con el PAN hay nulas posibilidades de avanzar electoralmente.
Y por eso los priistas ven una tabla de salvación en la posibilidad de sumarse a Armenta, principalmente, o a quien resulte de candidato de la 4T en la disputa por la gubernatura de Puebla.
Primero: que Armenta ha sabido cultivar una importante popularidad, pero no dentro del partido en que milita desde el año 2017, que es Morena, sino entre las bases de la fuerza política que lo vio nacer como figura pública, que lo hizo crecer y le dio sus mejores cargos públicos, es decir el PRI.
Esa condición refleja que, aunque Armenta se asume como un ferviente cuadro de la 4T, del movimiento lopezobradorista, sigue actuando como priista y por eso los priistas se identifican como él. Por eso, su mayor fortalecimiento se da en el ámbito de su anterior agrupación política.
Segundo: que la mayoría de los priistas han encontrado en Armenta la posibilidad de un espacio de participación ante la orfandad que sienten por el debilitamiento del PRI, que esta fuera de la competencia de la presidencia de la República y de la gubernatura de Puebla, así como de otras plazas importantes.
Tercero: muchos de los líderes regionales del PRI, aunque formalmente están dentro del tricolor, han buscado acercarse a la 4T, por las posibilidades de triunfo electoral.
Y de todos los aspirantes a ser candidatos a la gubernatura por Morena, el único que abiertamente ha desplegado una estrategia para atraer a las estructuras priistas es Armenta Mier.
Ignacio Mier Velasco, el coordinador de los diputados federales de Morena, quien también es un ex priista como su primo Alejandro Armenta, está intentando hacer lo mismo, el atraer a las bases del tricolor, pero no se ha visto tan exitoso como el senador.
Cuatro: quien tendría que estar buscando sumar a los priistas de su lado es el edil de la capital, el panista Eduardo Rivera, quien alberga la idea de que será el candidato a la gubernatura del estado por la coalición de partidos de oposición.
No obstante, no se percibe hasta ahora el ánimo de Eduardo Rivera de buscar ser una figura que crezca en el ánimo de las bases del PRI.
Sobre todo, en el interior del estado, que es su punto débil, toda vez que es una de las principales figuras públicas de la capital y la zona metropolitana de la capital.
¿Y qué va a hacer con tanto priista siguiéndolo?
Ahora el dilema más importante para Alejandro Armenta es: ¿qué va a hacer con ese apoyo de priistas si no logra la candidatura de Morena?
Hasta ahora, el escenario para Armenta dentro de la 4T no es nada alentador.
Su pertenencia a la facción de “el rebelde” de la 4T, Ricardo Monreal Ávila, no es una buena posición para ganar simpatías en Palacio Nacional, de donde saldrá el impulso a favor para que uno de los seis aspirantes a ser el candidato de Morena en Puebla.
Ahora más que nunca, se percibe que desde la Presidencia de la República se repele todo aquello que “huela” a la influencia del exgobernador de Zacatecas, pese a que es líder del grupo de Morena en el Senado.
Prueba de lo anterior, es que ya pasaron 13 meses de que no habido una sola reunión pública o privada en que estén juntos Ricardo Monreal y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y ese distanciamiento entre el líder de la 4T y el coordinador de los senadores, podría dejar fuera a Armenta de la obtención de una candidatura importante en el proceso electoral de 2024.
Los seguidores de Armenta albergan la idea de que, si no es Morena, será Movimiento Ciudadano en donde el senador tocará la puerta para obtener una candidatura a la titularidad del Poder Ejecutivo de Puebla.
Como una manera de no perder el apoyo, que difícilmente podrá volver a cultivar, de las bases del PRI.