El verdadero problema que se vive en Acatlán de Osorio no es lo que resulte de las investigaciones contra el alcalde Arturo Cajica Gómez, quien fue detenido la tarde del lunes como parte de las indagatorias por el asesinato de Héctor García Álvarez, el director de Seguridad Pública, sino que en este municipio de la Mixteca poblana ya nadie quiere gobernar por el miedo al control económico y político de la región que ejerce la organización criminal de Los Rojos, que es uno de los cárteles que más heroína exporta a Estados Unidos.
El fondo del conflicto para las autoridades de la región, comentan conocedores del tema, no es el llegar a un acuerdo o mantener distancia con los líderes de esta organización criminal –asentada en Guerrero, Puebla y Morelos–, sino que son constantes los enfrentamientos y ejecuciones entre las facciones internas de Los Rojos, lo cual arrastra a autoridades, policías y la población civil.
Por si fuera poco, Los Rojos se han destacado de otras organizaciones criminales por la rapidez que sustituyen a sus dirigentes o capos regionales. Son muchos los líderes –en Puebla y Morelos— que han caído de dicha organización y en cuestión de días, o semanas, surgen nuevas cabezas.
Una de las hipótesis que se sabe que se estaría investigando, por parte de las autoridades estatales y federales, es que Héctor García Álvarez repitió como director de Seguridad Pública de Acatlán de Osorio –luego de que tuvo ese cargo en el anterior trienio– por una amenaza que habría surgido de Los Rojos en contra del actual edil Arturo Cajica Gómez –quien surgió de las filas del PRD–, a quien le habrían exigido no mover a nadie del área de control policiaco, para no tener problemas con esa banda delictiva.
Sin embargo, pese a que Héctor García habría tenido una muy buena relación con una facción de ese grupo criminal, en el transcurso de los meses recientes, hubo un cambio de estafeta en dicho cártel y los nuevos líderes habrían considerado –es lo que se dice– que el entonces director de Seguridad Pública no hacía bien su trabajo de contener el avance de células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que es una de las agrupaciones de mayor rivalidad con Los Rojos en el negocio de la goma de amapola que se produce en los montañas de Guerrero. Por eso, se habría decidido su ejecución hace tres semanas.
¿De dónde surgen Los Rojos? Su origen más remoto es una escisión del Cártel de Sinaloa a principios de siglo, cuando el grupo de sicarios encabezado por Arturo Beltrán Leyva entra en conflicto con Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Entonces se creó el cártel de los Hermanos Beltrán Leyva que se asentó en Guerrero y Morelos. Con el paso del tiempo, fueron cayendo los líderes de esa agrupación, empezando por 3 de 4 hermanos Beltrán, que son originarios de Sinaloa, lo cual llevó a que la organización se fraccionara.
El Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva se fracturó y brotaron tres organizaciones criminales muy poderosas –en el estado de Guerrero– dedicadas a controlar el tráfico de heroína dirigido al mercado de Estados Unidos.
Se trata de: Guerreros Unidos, Los Ardillos y Los Rojos. La primera está vinculada al cártel de Sinaloa y las otras dos, se han manejado independientes. La rivalidad entre esas tres formaciones criminales es lo que explica el escenario de violencia en que se dio en torno a la desaparición de los 43 normalista de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero.
Una parte de la cúpula de Los Rojos se asentó en Acatlán de Osorio, en el periodo en que el priista Guillermo Martínez Rodríguez fue alcalde de este municipio entre los años 2014 y 2018. Es decir, en el esplendor del morenovallismo. Una casualidad muy sospechosa, porque en ese periodo también se le abrió las puertas del estado de Puebla a las bandas del robo de combustible.
Eligieron –Los Rojos– la región de Acatlán de Osorio por razones geoestratégicas. Es un municipio que está a una hora y media de la montaña de Tlapa, Guerrero, que es la entrada al corredor de producción de amapola y al mismo tiempo, es una zona que se comunica con el estado de Morelos. Además, en su momento nadie se fijaba en Puebla como centro de operación de un cártel de la droga.
Al inicio era muy discreta la presencia de los Rojos que, para el caso de Puebla, eran controlado por Alejandro Herrera Estrada, mejor conocido como “el Chino”.
Se supo mucho de “el Chino” hasta que el 13 de agosto de 2017, la Marina cateó uno de sus ranchos en la inspectoría Los Lobos, en donde aparecieron 150 ejemplares de animales exóticos.
La incursión se dio sin que se supiera que era el refugio del líder criminal, sino porque ahí estaban escondidos unos caballos que habían sido robados a la compañía Pedro Domecq, que se dedica a la elaboración de brandy y crianza de equinos de raza pura. Se localizó a los animales porque tenían incrustados rastreadores satelitales.
“El Chino” fue ejecutado el 16 de diciembre de 2018. Se dice que fue una orden que habría surgido de los líderes más altos de la mafia. El motivo: que no había logrado frenar la presencia de algunos grupos supuestamente ligados al CJNG que han buscado afanosamente entrar al control de los sembradíos y trasiego de amapola de las montañas de Guerrero. Se ha dicho, que un personaje conocido como “el Pelle”, es quien se habría encargado del cambio de líder de la plaza en territorio poblano.
Y después “el Pelle” es quien habría intervenido para que la anterior edil de Acatlán de Osorio, la morenista Carmen Nava Martínez, nombrara por primera vez a Héctor García Álvarez, como director de Seguridad Pública. Es lo que se especula entre conocedores del acontecer en esa región de la Mixteca poblana.