¿Qué pasará si Morena se ve obligado a postular una mujer, en lugar de un hombre, como candidata a gobernadora de Puebla en el 2024?
Y si Miguel Barbosa tuviese oportunidad de influir en la selección de esa candidata, ¿por quién se decantaría?
Hasta ahora se desmenuza la carrera por la candidatura al gobierno del estado en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador en función de dos aspirantes principales y dos aspirantes secundarios, pero todos hombres.
En primer lugar figuran el senador Alejandro Armenta Mier y el diputado federal Ignacio Mier Velazco, y en segundo, muy atrás, pero enlistados al fin y al cabo, el diputado local Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el magistrado Héctor Sánchez Sánchez.
Si quiere usted ser generoso con algunos otros personajes y abrirse a la posibilidad de circunstancias extraordinarias, podría incluir un tercer nivel, donde entrarían la expresidenta municipal Claudia Rivera Vivanco y uno o hasta dos integrantes del gabinete estatal, como la secretaria de Economía Olivia Salomón Vivaldo y el secretario del Trabajo Gabriel Biestro Medinilla.
A dos años de distancia de la definición del candidato, Armenta y Mier han conseguido colarse a una final teórica e hipotética en Morena gracias a una serie de acontecimientos públicos que han construido esa percepción.
El senador lo ha hecho por méritos propios y el diputado federal por la cadena de circunstancias favorables que lo llevaron a convertirse en coordinador de la bancada presidencial en la Cámara Baja.
Sin embargo, como debe asentarse, en política nada está escrito, y lo que hoy parece mirarse a través de una bola de cristal como un hecho consumado, podría ser completamente distinto en el futuro, cuando, llegado el momento, esa previsión tenga que confrontarse con la realidad.
Por eso hay quienes sugieren ser prudentes en eso de los destapes adelantados y proponen esperar a que se cumplan los plazos para saber con certeza lo que ocurrirá.
Además, López Obrador, el gran elector de Morena, suele dar vuelcos inesperados en la selección de sus candidatos.
“¿Y si en vez de hombre, el abanderado es una mujer?”, preguntan esas mismas voces cautelosas.
Una de las normas establecidas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para la postulación de candidatos exige a los partidos cumplir la paridad de género, por lo que se espera que en el 2024 todos los institutos políticos lleven candidatas mujeres en por lo menos cuatro de los nueve estados del país donde habrá elección de gobernador, entre ellos Puebla.
Así que los hombres, incluso Armenta y Mier, no deberían estar tan confiados del futuro.
¿A quién respaldaría Barbosa si la candidata fuese una mujer?
Va una probable respuesta.
Entre sus colaboradores causaron extrañeza las inusuales deferencias que tuvo el mandatario con María Luisa Albores González, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en su más reciente visita al estado, el 8 de febrero.
Algunos de ellos comentaron que la funcionaria federal, nacida en Chiapas en 1976, pero avecindada en Puebla desde su juventud, podría ser una carta oculta del gobernador para intervenir en la sucesión si las circunstancias le ayudan.
Todo es posible.
Albores González fue la primera presidenta de Morena en Puebla, entre 2012 y 2015, pero antes de eso ya era ampliamente reconocida por su trabajo a favor de los campesinos indígenas de la sierra norte, a quienes ayudó desde la cooperativa Tosepan Titataniske, de Cuetzalan.
Ante la imposibilidad de estrechar lazos de confianza con los dos punteros de Morena en la sucesión, Barbosa preferiría ser beneficiario de un golpe de suerte en asuntos de paridad para pujar con todo por la secretaria.
Eso se dice.
Si fuera mujer.
Twitter: @jorgerdzc