La actual secretaria general del Sindicato de Burócratas, Virginia Socorro Meza Cruz, finalmente se convenció de que no se podrá reelegir en el cargo –a principios del próximo diciembre–, tal como lo pretende desde el año pasado. Sin embargo, eso no quiere decir que haya aceptado perder el control de la organización gremial, por la cual urdió un plan consistente en utilizar un testaferro, es decir un falso candidato opositor, siendo Blanca González Gallo quien se estaría prestando para ocupar esa figura, así como aparentar una renovación sindical y que al final no cambie nada.
Cuando falta un par de meses para esta polémica y tensa renovación del Sindicato de los Trabajadores de los Poderes Públicos del Estado de Puebla y Organismos Descentralizados, que actualmente es controlada por lo poco que queda del morenovallismo, este domingo surgió una planilla que contenderá por la dirigencia de la organización.
Se trata del Grupo Unidad Sindical Antirreleccionista, que es encabezado por Blanca González Gallo y Raúl Bonilla Márquez, que aparecieron con un discurso que suena muy crítico, al advertir que van a recurrir a todas las vías legales para evitar la reelección de Virginia Meza al frente del sindicato, puesto que los estatutos no permiten repetir en el cargo o argumentar un imponderable, como la actual emergencia sanitaria, para ampliar el periodo de quien ocupa la secretaría general.
El grupo que, dijo tener el apoyo de por lo menos 850 sindicalizados, irrumpió con un aparente discurso opositor convincente y fuerte.
Sin embargo, fuentes bien informadas del sindicato advierten que todo es una trampa, un engaño, que estaría utilizando la secretaria general para presentar un falso frente opositor y que al final, en caso de ganar los próximos comicios, su grupo político siga teniendo las riendas de la organización gremial que desde hace nueve años no tiene una elección democrática por las purgas que en su interior desató el entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Se dice que habría un acuerdo entre Blanca González Gallo y Virginia Meza para que la primera de ellas ocupe el cargo de secretaria general del sindicato, pero el resto del Comité Ejecutivo sería para colaboradores y parientes de Meza Cruz, la actual dirigente.
Una prueba de ello es que Emmanuel de Jesús Rodríguez González, quien es el principal operador político de Virginia Socorro Meza Cruz, ya está colaborando en el Grupo Unidad Antirreleccionista.
Y los miembros del actual Comité Ejecutivo sindical han empezado buscar a los grupos de trabajadores de los tres poderes públicos para pactar encuentros con Blanca González Gallo, la supuesta candidata opositora.
Blanca González Gallo lleva ocho años en cargos sindicales y nunca ha podido construir un grupo fuerte para ganar la secretaría general del sindicato.
Es parte de los sindicalistas que impuso Rafael Moreno Valle al frente de la agrupación para evitar que fuera un obstáculo a la ola de despido de miles de trabajadores que impulsó el morenovallismo.
Hace 9 años, cuando se iba a renovar la dirigencia del Sindicato de Burócratas se dio la orden desde la oficina de Moreno Valle que se despidieran de los poderes públicos a todos los interesados en contender por la secretaría general. Nunca hubo argumentos para rescindirles el contrato. Solamente se les echó de manera violenta de sus fuentes de trabajo.
Por eso existe una alta efervescencia entre los burócratas que reclaman que ahora si se permita una renovación democrática del sindicato. Consistente en que sean los trabajadores los que decidan y no surja una imposición desde el Poder Ejecutivo, tal como ocurrió durante las gestiones de los ex gobernadores Moreno Valle y José Antonio Gali Fayad, pues el segundo de ellos es quien decidió que Socorro Meza tenía que ser la secretaria general en el último cuatrienio.
También domina un fuerte agravio entre los trabajadores en contra del morenovallismo y hay un ánimo de que deben dejar de controlar el Sindicato de Burócratas.
Es decir, prevalece un enorme malestar contra Socorro Cruz porque nunca defendió a los sindicalizados que fueron despedidos injustificadamente y por esa razón, esta mujer, buscó ampliar su mandato no por medio de una votación de las bases, sino argumentando que por la actual emergencia sanitaria que se tenía que ampliar su periodo.
El grupo en el poder de la organización gremial le tiene miedo a la corriente Movimiento por la Democracia, que encabeza Martha Rodríguez Salinas, porque ahí se han agrupado todos los sindicalistas que fueron perseguidos, humillados, amedrentados, agraviados por el morenovallismo y que claman un cambio democrático.
Y por eso, el grupo de Socorro Cruz primero se recurrió a la táctica de crear un programa de reparto de leche gratuita, aparentemente subsidiada por el gobierno federal, para comprar las conciencias de los miembros del sindicato. Ese esfuerzo se hizo público, se denunció y ya se frenó.
Ahora, el segundo intento de Socorro Cruz de no perder el manejo de las cuotas de los sindicalistas es recurrir a una falsa candidata opositora a la secretaría general.