En los últimos tres años el Instituto Estatal Electoral de Puebla (IEE) ha construido su peor descrédito, por lo que ha dejado de ser una autoridad confiable y eficiente. En este periodo dicho organismo permitió un monumental fraude en los comicios de gobernador, provocó el litigio electoral más largo en la historia de la entidad poblana y ahora, cayó en el peor de los ridículos de no haber podido concluir con los registros de candidaturas a ediles y diputados locales, por lo que ya se perdió un día de campañas proselitistas.
Este comportamiento errático del IEE abona la idea de que, en la actualidad, las autoridades electorales en lugar de garantizar comicios limpios se han convertido en grupos de interés que atentan o frenan el avance democrático de Puebla y en general de todo el país.
Y es que para nadie es un secreto que los árbitros de las contiendas electorales no se eligen con base a sus capacidades profesionales y que sean garantes de imparcialidad. En realidad, son personajes vinculados a grupos de poder político y llegan a esos cargos a proteger los intereses de quienes los pusieron en esas responsabilidades.
Prueba de ello es lo que pasó con el IEE en 2018, años en que el organismo tenía como presidente a Jacinto Herrera Sarrallonga, quien era un funcionario de ornato, porque quien realmente tomaba las decisiones era Dalhel Lara Gómez, la secretaria ejecutiva y una mujer vinculada a Eukid Castañón Herrera, el operador político–policiaco del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
En el peor de los descaros, Federico González Magaña era consejero del IEE pese a que había sido parte da la campaña electoral de Rafael Moreno Valle Rosas en 2010.
Por esa razón el IEE fue cómplice, en algunas circunstancias, y en otras fue omiso frente a hechos graves, que provocaron que hace tres años Puebla sufriera una regresión electoral y los comicios de 2018 fueran similares a los de la época de los años 80, en el siglo pasado.
Todo mundo vio, documentó y hasta sufrió el robo de casillas a punta de pistola en donde iba perdiendo el PAN, que se pusiera a votar a los burócratas a la fuerza por la entonces candidata Martha Erika Alonso Hidalgo y que se alteraran las actas de escrutinio de votos, mismas que se modificaron en una mapachera descubierta en el MM Gran Hotel un par de días después de los comicios. Los únicos que no se enteraron de esos hechos fueron los integrantes del IEE, pues no convenía a sus intereses.
Hace tres años lo que más lastimó fue el cinismo de los integrantes del IEE, del Instituto Nacional Electoral, de los magistrados de los tribunales electorales, que existiendo videos que mostraban como hubo robo de paquetes electorales en la bodega oficial de resguardo de la documentación electoral, decretaron que los comicios de gobernador eran válidos y limpios.
Ahora ya no están al frente del IEE ni Jacinto Herrera ni Dalhel Lara, pero continúan como consejeros del mismo Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo, Juan Pablo Mirón Thomé y José Luis Martínez López, que siguen representando el pasado ominoso del morenovallismo.
A tres años de distancia del gigantesco y burdo fraude en la elección de gobernador, se perciben algunos cambios importantes:
El IEE ya no está sometido a los intereses del morenovallismo, pero sigue sin haber confianza hacia sus integrantes.
Al ya no estar Dalhel Lara al frente de la Secretaría Ejecutiva del IEE, se percibe una pérdida de eficiencia administrativa del instituto, pues salieron varios funcionarios importantes de la llamada estructura profesional.
El lugar de Jacinto Herrera ahora lo tiene Miguel Ángel García Onofre, quien surgió de la estructura profesional del Instituto Nacional Electoral, pero no se tiene seguridad de que este personaje no repita los mismos vicios de sus antecesores.
Por lo mientras, el IEE ya no pudo pasar la prueba de eficiencia con el yerro cometido este lunes de no haber podido cumplir con el plazo legal y fatal de aprobar los registros de candidatos a ediles y diputados locales un día antes del inicio oficial de las campañas electorales.
Un atraso que nunca antes se había visto en la historia electoral de Puebla.
No cabe duda que en materia electoral en Puebla se camina como los cangrejos, todo es hacia atrás.