El próximo 4 de mayo arranca el proceso electoral a nivel local, en donde la “joya de la corona” es la presidencia municipal de Puebla, la cual, se disputan Morena y sus aliados y Acción Nacional y sus compañeros de coalición.
De 1995 a la fecha, el comportamiento del electorado en las intermedias ha variado mucho, dando inicio a la alternancia en el gobierno de la ciudad capital y la cuarta ciudad más importante del país.
En el año de 1995, el panista, Gabriel Hinojosa Rivero, derrotó al priista, Germán Sierra Sánchez, con lo cual se puso fin a 66 años de gobiernos priistas en la capital del estado.
Era la elección intermedia, el primer trienio de Manuel Bartlett Díaz al frente del gobierno del estado de Puebla y mucho de la derrota del tricolor tuvo que ver, con la crisis de ese año, el famoso error de diciembre, que también dio origen a la creación del Fobaproa, al incremento al IVA, el cual pasó del 10 al 15 por ciento (la Roqueseñal) y que culminó con un incremento al litro de la gasolina.
El descontento social se tradujo en las urnas y tuvo su punto culminante con la derrota del PRI y la hegemonía panista en toda la zona conurbada, en las elecciones celebradas el 5 de noviembre de 1995. Ni el grupo Bronco pudo salvar al tricolor de la debacle. Hinojosa obtuvo el 51 por ciento de los sufragios, por el 34 por ciento del priista, Sierra.
Seis años después, en el 2001, otra vez el PAN volvió a recuperar la presidencia municipal de Puebla.
El ex presidente de la Cámara de Comercio, Luis Parees Moctezuma, derrotó al priista, Carlos Alberto Julián y Nácer, un buen hombre, pero con muy poco carisma.
En 1998, Mario Marín habría recuperado para el PRI la capital del estado, pero la pugna interna entre el nacido en Nativitas Cuatempan y el gobernador, Melquiades Morales Flores, debilitó también al tricolor.
Marín operó en contra de Nácer, al cual veía como un futuro rival en la lucha por Casa Puebla e hizo “brazos caídos” junto con su estructura, la cual soló operó en el distrito 3 local, en donde ganó la diputación local su candidato, Javier López Zavala.
El 11 de noviembre del 2001, Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma, se alzó con el triunfo con 170 mil votos, lo que representó el 44.8 por ciento de la votación, sobre Carlos Alberto Julián y Nácer, quien obtuvo 158 mil 593 sufragios, lo que representó el 41.5 por ciento. Tres puntos de ventaja entre el ganador y el perdedor.
En 2007, la contienda se dio entre el panista, Antonio Sánchez Díaz de Rivera y la priista, Blanca Alcalá.
El tricolor había recuperado la alcaldía de Puebla de la mano del ex rector de la UAP, Enrique Doger Guerrero, en dupla con Mario Marín Torres.
La marca PRI estaba sumamente devaluada en la capital, producto del escándalo provocado por el Lydiagate, la grabación entre el entonces mandatario, Mario Marín Torres y el empresario, Kamel Nacif, en donde el segundo le agradecía al primero, la detención de la periodista Lydia Cacho y su traslado desde la ciudad de Cancún a la ciudad de Puebla, acusada por el “delito” de difamación.
El PAN aventajaba al PRI por 20 puntos, lo que llevo al albiazul a señalar que “hasta con un burro se ganaba esa elección”.
La confianza jugó en contra del panista, Toño Sánchez, así como también la “huelga de brazos caídos” del entonces senador, Rafael Moreno Valle, quien veía en el candidato panista a la alcaldía de Puebla, a un futuro rival en sus ambiciones de llegar a Casa Puebla.
El domingo 11 de noviembre de 2007, Blanca Alcalá derrotó a Antonio Sánchez Díaz de Rivera en la lucha por la alcaldía de Puebla. La priista obtuvo 224 mil 538 votos, lo que significó el 50.6 por ciento de la votación por los 129 mil 156 sufragios del panista, quien obtuvo el 29.1 por ciento de los sufragios.
Seis años después, el panista, Antonio Gali Fayad, venció en la elección intermedia al priista, Enrique Agüera Ibáñez, quien venía de ser rector de la UAP.
En el 2010, de la mano de Rafael Moreno Valle, el PAN había ganado la gubernatura de Puebla, poniendo fin a 70 años de administraciones emanados del tricolor en la entidad, Eduardo Rivera también había recuperado para el albiazul el gobierno de la ciudad capital.
El 7 de julio de 2013, Gali derrotó a Agüera con un total de 253 mil 918 votos, lo que representó el 51.64 por ciento del total de la votación, por 198 mil 188 votos que obtuvo el priista, lo que representó el 40.1 por ciento del total de la votación.
Antonio fue cobijado en esa elección por un total de seis partidos, los que también influyó el resultado final de la elección.
Gali entró en funciones el 15 de febrero de 2014 para un periodo de 4 años y 8 meses, producto de la reforma electoral realizada por la legislatura local, la cual amplio el periodo de los alcaldes en funciones y dio origen a la minigubernatura, para empalmar las elecciones locales con las federales del 2018, por eso no hubo elecciones en intermedias en 2019, como hubiera ocurrido con el anterior calendario electoral.
Las del 2021 volverán a ser elecciones intermedias, ya veremos cuál es ahora el resultado electoral, lo cierto es que, al parecer, a los ciudadanos de la capital les gusta la alternancia.