La aún candidata de Morena a la alcaldía de Puebla y presidenta municipal con licencia, Claudia Rivera, enfrenta una fuerte oposición al interior de su propio partido político, que buscan retrasar su designación.
La candidata de Morena a la presidencia municipal de Puebla enfrenta un escenario complicado, producto de las impugnaciones interpuestas por su designación, pero también, a las denuncias interpuestas por el Congreso del Estado en su contra, lo cual complica su camino.
En un escenario optimista, la alcaldesa con licencia, saldrá avente de dichos procedimientos, pero, mínimo perderá una semana de campaña, lo cual va a resultar un golpe muy importante, si se toma en cuenta que el tiempo para realizar proselitismo, es sumamente reducido, un mes, pero en términos reales, son entre 19 y 20 días hábiles.
Una semana puede ser demasiado tiempo, porque no solo no podría realizar actos de proselitismo, sino que también no podría subir spots a los medios o a las redes sociales, lo que sería terrible para la candidata morenista.
Por si fuera poco, Claudia Rivera deberá de ser muy inteligente para enfrentar la crisis originada por el escándalo provocado por el diputado federal, Saúl Huerta, quien abusos sexualmente de un menor de 15 años y se dice que abría al menos otros seis casos.
Increíblemente, sus adversarios al interior de su propio partido le han puesto más obstáculos a Claudia que sus adversarios del albiazul, en donde, pese a que existe una división interna, no enfrentan problemas legales tan fuertes.
La situación no es cómoda para la alcaldesa capitalina, quien tiene que hacer frente a varios “fuegos” antes de poder enfrentar de manera directa a sus adversarios, el candidato de la coalición “Va por Puebla”, Eduardo Rivera Pérez.
Probablemente, la alcaldesa capitalina con licencia salga más fortalecida si logra librar esta serie de obstáculos, que irónicamente, le ha puesto su propio partido político, producto de la división interna que vive Morena en Puebla, en donde las pugnas entre las diferentes facciones, amenazan con dinamitar las posibilidades de triunfo del partido del presidente López.
Así las cosas, para la alcaldesa con licencia, quien aspira a ser la primera persona que logra la reelección directa en Puebla capital.
Se juega en buena parte el 2024. La batalla que comenzará este 4 de mayo, sin duda, tiene muy fuertes implicaciones en vísperas al 2024, fecha en que habrá de renovarse el ejecutivo estatal.
Sin duda que se levante con el triunfo el próximo 6 de junio, tendrá su boleto asegurado para ir por el gran premio, casa Aguayo en el 2024, en donde habrá que enfrentar nuevos retos y a otros personajes.
El ganar la alcaldía de Puebla no garantiza necesariamente el tener asegurada la gubernatura en el 2024, pero si da pase directo para poder ir en busca de esa posición.
Por eso es tan complicado el actual escenario, es mucho lo que está en juego, es algo más que ganar o perder la alcaldía de Puebla, porque también quien pierda, seguramente casi estará jubilado de la política o al menos de la pelea por ocupar el lugar del gobernador Barbosa.
Aunque no se quiera pensar en estos temas, sin lugar a dudas, son dos de las variantes que estarán en juego y lo que hacen por demás interesantes la lucha que comenzará el próximo 4 de mayo.
Las cartas están echadas, ya veremos qué es lo que dice la Diosa Fortuna, hacía qué lado, decide inclinar su balanza.
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Foto: Es Imagen / Alfredo Fernández