Las cosas todavía pueden ir peor para Morena ante la caída estrepitosa de Saúl Huerta Corona, cuya carrera política se calcinó en menos de una semana por sus escándalos sexuales, pues de los cuatros nombres que se manejan para sustituirlo en la candidatura a diputado federal por el distrito XI de la capital, quien al parecer llevar una importante ventaja es Eduardo Covián Carrizales, un personaje con orígenes panistas y vinculado a grupos de constructores de la derecha poblana.
El caso de Saúl Huerta Corona es un ejemplo claro de los errores de Morena que le ha abierto la puerta a muchos personajes ajenos al proyecto de la 4T y, lejos de contribuir al proyecto lopezobradorista, han sido fuente de escándalos o de abierta contradicción al movimiento de izquierda que ganó en las urnas de 2018. El único mérito de este hombre que ahora enfrenta dos acusaciones de violación de menores de edad, era su lealtad ciega al senador Alejandro Armenta Mier, quien mudó del PRI al Partido de Regeneración Nacional a muchos cuadros contrarios al obradorismo.
Saúl Huerta sentía que la actual campaña electoral era un simple paseo de campo, que con el apoyo de Morena y del grupo político de los senadores Ricardo Monreal Ávila y Alejandro Armenta Mier, nada impediría que se reeligiera como legislador del distrito XI de la capital. Sin embargo, en un par de días se acabó todo para él, luego de brotar una denuncia de un joven de 15 años –que habría sido abusado en un hotel de la zona Rosa de la Ciudad de México– que abrió la caja de Pandora y lo exhibió como supuesto un político pederasta.
Cuando apenas iniciaba el viacrucis de Huerta, empezó la pelea interna por ver que facción de Morena se quedaba con la candidatura del distrito XI.
El grupo que quedó descartado desde un inicio fue el de Alejandro Armenta, el artífice de llevar de la mano a Saúl Huerta del cambio de militancia del PRI a Morena.
Dos nombres que se empezaron a barajear fueron los de Iván Galindo e Iván Camacho, ambos personajes leales a la edil con licencia y candidata de Morena a la alcaldía de Puebla, Claudia Rivera Vivanco. Al parecer, las dos propuestas no prosperaron.
Un tercer aspirante es David Méndez Márquez, exsecretario de Gobernación estatal, quien luego de dejar ese cargo se quedó en el abandono, pues no logró ninguna posición en el actual proceso electoral como reflejo de su pobre capital político.
Méndez podría entrar al relevo de Saúl Huerta no por méritos propios, sino por la influencia de René Bejarano, quien encabeza una importante corriente interna de Morena y estaría abogando por el exfuncionario del Poder Ejecutivo.
El cuarto aspirante que está buscando ser el candidato que sustituya a Saúl Huerta es el regidor con licencia, Eduardo Covián Carrizales.
Del gobierno de Paredes al de Claudia Rivera
Covián inició su carrera en el Partido Acción Nacional en la época del liderazgo en esa fuerza política de Ana Teresa Aranda Orozco.
Además de haberse vinculado a grupos de constructores estrechamente ligados a la derecha yunquista de Puebla.
Esos origines le permitieron convertirse en regidor del PAN en el gobierno de Luis Paredes Moctezuma, cuando este último fue edil de la capital en el sexenio de Melquiades Morales Flores.
En ese cabildo, hubo dos regidores muy críticos de la gestión de Luis Paredes: Covián Carrizales y Eduardo Alcántara Montiel, en ese entonces militante del Partido Verde Ecologista de México y actualmente miembro del PAN.
Al terminar la gestión de Paredes, Covián Carrizales no logró construir una carrera política en el PAN y quedó relegado.
Hace cuatro años fue de los personajes que cambiaron de camiseta política, no por convicciones de izquierda, sino porque se había agotado su tiempo en el PAN y buscó en Morena un nuevo espacio de oportunidad para acceder a un cargo público. Es decir, es un político sin lealtades ideológicas, que cambia de partido como de muda de ropa.
Por sus vínculos con grupos constructores, se logró colar en la planilla de Morena en 2018 y se convirtió en regidor, donde siempre navegó como un cuadro leal a la edil Claudia Rivera Vivanco y al mismo tiempo, como alguien que conspiraba contra funcionarios del ayuntamiento.
Una de esas intrigas las desplegó contra Alejandra Rubio Acle, quien era la secretaria de Movilidad Municipal y entre finales de 2019 e inicios de 2020 le estallaron fuertes críticas por la pésima colocación de bolardos en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, además de que algunos parientes habían aparecido como supuestos encargados de instalar dicho mobiliario urbano.
Se dice que fue Eduardo Covián quien desde el cabildo generó una lluvia de cuestionamientos contra Alejandra Rubio, en lo que algunos políticos llaman “fuego amigo”, pues en lugar de defender a la funcionaria se habría dedicado a buscar que acabara de tropezar y la relevaran del cargo.
Covián sustituyó a Alejandra Rubio y su desempeño en la Secretaría de Movilidad pasó sin pena ni gloria. En febrero dejó el ayuntamiento para buscar ser candidato a diputado y fracasó, pues en el grupo de Claudia Rivera no le tienen suficiente confianza.
Ahora la suerte le sonríe por la caída de Saúl Huerta.