Sin duda, los escándalos políticos, como el que vive hoy el diputado federal de Morena por el distrito 11 con cabecera en Puebla, capital, Saúl Huerta, serán definitivos para inclinar la balanza hacia uno y otro lado dentro de este proceso electoral.
De hecho, los escándalos políticos han cambiado el rumbo de Puebla, desde el ya lejano año de 2006, cuando la administración marinista fue sacudida la mañana del 14 de febrero, con el audio escándalo de las llamadas telefónicas del entonces gobernador de Puebla, Mario Marín, con el empresario Kamel Nacif, conocido como el rey de la mezclilla. El famoso “Lydiagate”.
Aun así, Mario Marín salió avante y resultó victorioso en las elecciones intermedias del 2007, en donde su partido, el PRI, ganó la alcaldía de Puebla y 25 de las 26 diputaciones locales.
En el 2009, el “milagro marinista” le alcanzó al ex mandatario para ganar las 15 diputaciones federales que estuvieron en juego en esa contienda.
Pero los ciudadanos se la tenían guardada al entonces mandatario y se la cobraron en la elección local del 2010, en donde su candidato al gobierno perdió ante el panista Rafael Moreno Valle, quien le arrebató al tricolor la hegemonía en la entidad.
A partir de ese momento, los escándalos han definido el rumbo de las elecciones en la entidad.
En la elección local intermedia del 2013 en donde contendían por el PRI el ex rector de la UAP, Enrique Agüera Ibáñez y el ex secretario de Infraestructura, Antonio Gali Fayad por el PAN. Un reportaje del Programa “Punto de Partida” de Denisse Maerker, realizado por la reportera Fátima Monterrosas, exhibió la “extraordinaria vida” y exorbitante fortuna del académico y de sus hijas, lo cual, hundió al abanderado priista y encumbró a Gali.
Tres años más tarde, la también priista, Blanca Alcalá Ruiz, competía en contra del mismo Antonio, cuando fue exhibida en contradicciones. En su mitin de arranque de campaña, en el cual estuvo presente el ya ex gobernador, Marín, Alcalá afirmó que ella si era ciudadana de a pie, en alusión a los constantes viajes en el helicóptero del entonces mandatario, Rafael Moreno Valle.
Al día siguiente, Alcalá fue exhibida volando en helicóptero y saliendo de unos de los edificios de la Atlixcáyotl, rumbo a Huauchinango, en donde también fue captada cuando bajo de la nave.
La presencia de Marín sumada a la mentira dicha por la candidata, fueron una pesada loza para la priista, pero el golpe final fue cuando el periódico Cambio, publicó la casa nueva que la ex senadora se había construido en un fraccionamiento exclusivo ubicado muy cerca de la caseta de cobro de la autopista a Atlixco, bautizada como la “Casa Blanca”.
La campaña del 2018 fue todavía más dura; incluso, se caracterizó por la violencia, misma que tuvo su punto más alto, el día de la jornada electoral cuando se registraron muertes y robo de urnas en diferentes puntos de la entidad, los cuales ensuciaron los comicios.
Desde el 2006 a la fecha, los escándalos políticos han influido en el resultado de los comicios e incluso han sido factor clave, para cambiar la historia de Puebla.
Un punto a destacar es que el electorado poblano ha demostrado castigar a los actores políticos que mienten o que tratan de engañar a los ciudadanos.
Ya veremos qué es lo que pasa en este proceso electoral del 2021, que se juega precisamente en los meses de abril y mayo.
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