El cuestionado Mauricio Alonso Toledo Gutiérrez ha arrancado muy mal su campaña como candidato petista a diputado federal de San Martín Texmelucan, pues al carecer de un equipo regional para hacer proselitismo ha echado mano de Roberto Solano, quien fue el operador de cabecera del finado ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas en esa demarcación distrital. Esa condición le ha generado el rechazo de importantes cuadros de simpatizantes de la 4T que no aceptan que con este aspirante estén de regreso los morenovallistas.
Un segundo tropiezo del abanderado petista es que se dice que ha entrado en conflicto con la presidenta municipal de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aurún, quien buscará la reelección bajo las siglas de la alianza Morena-PT.
Se dice que en el primer encuentro que tenían para hacer el diseño de una campaña electoral conjunta, chocaron los egos de ambos personajes y la reunión acabó a gritos, pues los dos se ostentan como expertos en ganar votos y no permiten ideas de nadie más.
Al parecer, cuentan algunos informantes, el problema empezó porque Mauricio Toledo habría sido citado por Norma Layón y cuando la presidenta municipal tuvo enfrente al candidato le empezó a dar instrucciones de cómo tenía que ser su campaña en el distrito de San Martín Texmelucan, en donde para nadie es un secreto que el petista nunca había pisado esa región hasta antes de ser postulado como aspirante a legislador.
Y la respuesta que la habría dado Toledo a la edil que quien realmente tiene problemas es Layón por el enorme rechazo que tiene del electorado por su mal gobierno, algo que es muy cierto.
El salvavidas morenovallista
Para muchos sigue siendo un misterio de cómo Mauricio Toledo logró ser candidato de la 4T, cuando es un personaje repudiado en Morena, en Palacio Nacional y el gobierno de la Ciudad de México por la violencia que generó –a través de grupos porriles—contra las campañas electorales de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum cuando en 2018 eran candidatos a la presidencia de la República y a la administración de la capital del país, respectivamente.
En algunos círculos se dice que la nominación de Toledo se debe a las alianzas inconfesables que estaría haciendo el senador Ricardo Monreal Ávila para tener capital político en el proceso de la sucesión presidencial de 2024, sin importar que sean acuerdos con actores contrarios a la 4T.
Y en ese sentido, acabaron mandando al ex delegado de Coyoacán a San Martín Texmelucan para que pasara desapercibido.
Con el grave problema de que en la región nadie lo conoce, no tiene un equipo sólido de trabajo y no tiene comunicación con los liderazgos locales que le podían ayudar a hacer proselitismo.
Además de pisotear los derechos de actores de la 4T, como la legisladora Vianey García Romero, que han trabajado en la región, tienen las simpatías de las bases de Morena y gozan del legitimo derecho a haber sido los candidatos en esa demarcación.
De los pocos que se han acomedido a ayudar a Toledo se encuentra Eusebio Juárez Ventura, quien es candidato del PAN y el PRI a la alcaldía de Santa Rita Tlahuapan, lugar en la que ya fue edil entre los años 2011 y 2014, periodo en el que se volvió morenovallista.
A su vez Eusebio Juárez le presentó a Toledo a Roberto Solano, quien fue el operador electoral morenovallista de todo el distrito electoral.
Solano es originario del estado de México y llegó a Puebla de la mano de Moreno Valle, quien lo nombró operador electoral oficial del distrito de San Martín Texmelucan, labor que hacía bajo el disfraz de ser el delegado regional de la Secretaría General de Gobierno.
Tan es así, que el 3 de junio de 2013, Elías Medel Galindo, entonces dirigente municipal del PRI en San Martín Texmelucan y hoy interno de un penal por ser un presunto pederasta, denunció a Roberto Solano ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales porque al mismo tiempo que era funcionario de la Secretaría de Gobierno había coordinado el inicio de campaña de Rafael Núñez Ramírez, quien era candidato a edil de la alianza PAN y PT.
Al final a nadie le hizo nada a Solano por el control que el morenovallismo tenía de los organismos, fiscalías y tribunales electorales.
Bajo esa doble función de servidor público y operador electoral estuvo al frente de todas las campañas morenovallistas en el distrito de San Martín Texmelucan, incluyendo las contiendas en las que participaron Antonio Gali Fayad y Martha Erika Alonso Hidalgo, ambos como candidatos panistas a la gubernatura de Puebla.
Ahora Solano es quien se ha convertido en el salvavidas de Toledo.
Lo presenta con miembros de la estructura morenovallista, no con los de la 4T, porque ahí es persona no grata.
Es decir, Toledo está haciendo campaña con los que se supone que la 4T tendría que combatir electoralmente hablando.