En su infinita soberbia, la presidenta del Comité Estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, y su sequito de aduladores, creen que el haber pertenecido al equipo de Rafael Moreno Valle Rosas les hace a ellos también saber ganar elecciones. Para nada.
Para ganar elecciones se necesita de dinero, dinero y más dinero, el cual Rafael tenía a montones; no importaba el precio, Moreno Valle siempre disponía del suficiente para saber cómo utilizarlo, que es la segunda variable que se debe de tomar en cuenta.
No solo es cuestión de tirar las carretadas de dinero, hay que saberlo hacer llegar y de manera efectiva, para eso se pintaba solo su operador electoral, Eukid Castañón, a quien Rafael le dio la pistola y también le dio el maletín.
Huerta vive del recuerdo de ese morenovallismo, del cual ella fue parte, pero en posiciones sumamente humildes y olvida, fue gracias a Jorge Aguilar Chedraui que recibió la oportunidad de ser candidata a diputada federal y que ganó la elección, por la operación política del propio ex secretario de Salud, quien estaba en medio de una fuerte disputa con Antonio Gali, primero por la alcaldía de Puebla y luego por la candidatura a la gubernatura.
Patricia Leal y Jorge encabezaron la campaña en este lugar con recursos y por supuesto con la operación política de Eukid, quien a sus vez operó en contra del entonces joven “delfín” de Antonio Gali, el entonces regidor, Xavier Albizuri Moret, quien perdió la elección en el distrito 6 con cabecera en Puebla, al igual que ocurrió con Ángel Trauwitz, en el distrito 12, y Angélica Ramírez Luna, en el distrito 11, en la elección celebrada en el 2015.
Reitero, el ser parte de un equipo ganador no te hace el saber ganar elecciones.
Ciertamente, Huerta fue parte de la famosa “Estructura Maya”, encabezada por el operador electoral de Rafael Moreno Valle, Eukid Castañón y junto con otros personajes recibió como encomienda el operar algunos comicios, en distritos locales y ayuntamientos, pero esto no te hace saber ganar elecciones.
De hecho, la llegada de Genoveva a la dirigencia estatal del PAN obedeció a una oferta que la difunta ex gobernadora, Martha Erika Alonso, le hiciera a Jorge Aguilar Chedraui, para encabezar al albiazul en Puebla, pero este rechazó la oferta y nuevamente recomendó a Huerta como su carta para ser solamente quien diera la cara en este instituto político, porque en términos reales, Rafael y Martha, como siempre, eran quienes iban a manejar todos los procesos y a encargarse de la elección de los candidatos, como ocurrió durante todo su mandato.
Pero más allá de su escaso conocimiento y limitada capacidad, a leguas se ve que Huerta si no negoció la elección con el gobernador Barbosa, al menos busca congraciarse con él, porque lo que más le conviene a ella es que el PAN gane lo menos posible, para mantener el control de las siglas de este partido por tres años más, algo que de manera reiterada hemos venido advirtiendo.
El proceso de selección de candidatos a los diferentes puestos de elección popular, el “agandalle” de la “pluiris”, para ella y su gente, son el mejor ejemplo de que no quieren ganar, solo quieren conservar sus posiciones, sabedores de que, si surge un nuevo liderazgo, tendrán que entregar las llaves de su partido y todos los beneficios que esto conlleva.
Repito, el ser parte de un equipo ganador no te hace saber ganar elecciones, pero esa no es la intención de este grupúsculo, van solo por el poder, las candidaturas y las prerrogativas del albiazul, las cuales aún son jugosas.
Si no, hay que preguntarle a “Rasputín”, quien se mete a la bolsa, casi un millón de pesos, por cursos de capacitación para las mujeres del PAN, por el simple hecho de ser amigo y asesor estrella de la dirigente estatal.
Pero no solo eso, se dice que “Rasputín” es quien se encargó de negociarlas candidaturas, para evitar que la “jefa Geno” se tuviera que manchar las manos.
De verdad, el panismo poblano da pena, es increíble ver hasta donde ha caído este partido político, el cual, en el 2018, hace poco menos de tres años, había ganado la gubernatura y ahora, no es ni siquiera la sombre de lo que alguna vez fue.
Eduardo Rivera Pérez debe de tener mucho cuidado con su campaña, porque los primeros interesados en que pierda son Genoveva y su clan, para poder mantener el control de Acción Nacional y terminar de una vez por todas con este personaje, el único que al parecer les hace sombra para seguir gozando de las jugosas siglas de este partido en Puebla.
Gustavo Ariza, un funcionario ejemplar. Si un personaje en Puebla se ha convertido en ejemplo de lo importante que es la profesionalización y sobre todo la experiencia, ese sin duda, es Gustavo Ariza Salvatori, quien está al frente de la secretaría de Protección Civil en la capital.
No por nada, Ariza ha sobrevivido a las administraciones de Eduardo Rivera, Antonio Gai, Luis Banck y ahora con Claudia Rivera Vivanco.
Los resultados lo avalan y lo alejan de cualquier disputa política, él es un hombre técnico y sin afanes de protagonismo, trabaja y entrega resultados.
Ariza es de los mejores funcionarios de la actual administración y por supuesto, de las anteriores.
Merecidamente, la Dirección de Protección Civil Municipal se convirtió en Secretaría, durante la administración de Claudia Rivera.
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