La Quinta Columna por Mario Alberto Mejía
En la estrategia del CEN del PRI hay un personaje que los priistas locales no habían volteado a ver: Eduardo Rivera Pérez, ex presidente municipal de Puebla: un panista con una militancia de unos veinticinco años.
A él está dirigida la defensa que el partidazo hará de las candidaturas ciudadanas en Puebla.
Por él presentarán el recurso de inconstitucionalidad ante la Tremenda Corte de Justicia de la Nación.
¿Qué tiene Lalo Rivera que no tenga, por ejemplo, Ana Teresa Aranda?
La capacidad de robarle votos al PAN en las elecciones de 2016, cuando estará en juego lo que se ha denominado la minigubernatura.
En efecto: en el CEN del PRI saben que sólo con un candidato independiente hechizo como del que hablamos, el PAN de Moreno Valle podría ver menguada su fuerza.
Pero no se crea el hipócrita lector que Manlio Fabio Beltrones y compañía quieren hacer de Rivera Pérez el próximo gobernador de Puebla.
Para nada.
Lo que buscan es que éste les sirva de proxeneta electoral.
Me explico: quieren un alcahuete que le quite votos al PAN en aras de que el candidato del PRI pueda ganar, él sí, la gubernatura de un año ocho meses.
Esta historia ya la vimos en 1998, cuando el “demócrata” Manuel Bartlett hizo candidato del PRD a la alcaldía de Puebla a Emilio Maurer Espinosa con el único fin de que Mario Marín Torres derrotara al abanderado del PAN, José Antonio Díaz
García.
El proxeneta electoral de esa historia fue Emilio Maurer, quien empezó a crecer de tal manera en las encuestas que en la Cocina de Trampas de monsieur Bartlett decidieron bajarlo a punta de “periodicazos”.
Pero necesitaban un proxeneta periodístico, y lo encontraron en El Universal Puebla.
Reportajes, encuestas, columnas, grabaciones telefónicas, todo fue usado desde ahí para bajar a un Maurer que amenazaba con ganar.
El mismo día de la elección “llegó” un sobre con las confesiones de Maurer.
En una de esas se escuchaba su voz dando gracias a Dios porque Marín había ganado.
Lo demás fue un acto cómico y aberrante:
En un mitin efectuado en el zócalo de la ciudad, con la hoy protopriista Ana Teresa como gran defensora de la democracia, Maurer reventó el acto de protesta contra Bartlett mandando literalmente a la chingada a todos los que ahí estaban.
Marín, pues, llegó al Palacio de Charlie Hall sin huellas de cansancio y Maurer recibió las maletas convenidas en Casa Puebla.
¿Qué contenían las maletas?
Cacahuates de a montón.
Hoy, desde el CEN del PRI se está tejiendo una trama similar, con Lalo Rivera en el papel de Emilio Maurer.
This entry was posted on Wednesday, September 16th, 2015 at 7:17 pm and is filed under Uncategorized. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. Responses are currently closed, but you can trackback from your own site.