*Esto Obliga al Diputado Federal a cambiar la línea editorial de su periódico para intentar demostrar que no está bajo las órdenes del Gobernador panista de Puebla por la conveniencia de ser candidato priista en 2016 o 2018.
Desde 2003 se desprenden indicios de que Enrique Doger Guerrero se incorporó al PRI para incursionar en la política activa, luego de ser Rector de la BUAP, para ocupar altos cargos de representación popular con el éxito garantizado; pero a la vez, jugar las contras al priismo y a los que considera sus adversarios del mismo Partido, cuando su conveniencia se lo exige.
Sobre el escritorio del CEN del PRI, que encabeza César Camacho, se encuentra el historial del “priista”, que involucra a otros “distinguidos” militantes que han traicionado al Partido. Y si bien esto podría abarcar sólo desde 2010 hasta 2013, años clave en las derrotas más estrepitosas del Revolucionario Institucional, que lo llevó a perder el Gobierno del Estado frente a Rafael Moreno Valle Rosas y su alianza “Compromiso por Puebla”, cerrando con “Puebla Unida”, apoderándose de la mayoría de ayuntamientos y de curules en el Congreso local, la historia nos arrastra más atrás, relatan los aficionados a la estadística y el análisis.
Y es que Doger Guerrero trabajó en contra del PRI y de Mario Marín Torres desde 2003. Para eso presionó por ser el candidato a la gubernatura y no a la Presidencia Municipal de Puebla; pero fue tal la ventaja y popularidad marinista, que tuvo que acceder y ganar cobijado por la estructura del de Nativitas y del todavía poderoso Partido en el Estado.
Sin embargo, desde esa época entabló fuertes lazos con Rafael Moreno Valle Rosas mediante la intervención del Gobernador Melquiades Morales Flores, quien vio en Doger un aliado futuro y no se equivocó, al estallar el escándalo que se le armó a la administración de Marín, aprovechando el caso Lydia Cacho y magnificando el asunto, hasta acabar en lo que de todos es conocido.
En 2003, también quedó al descubierto el que Moreno Valle fue respaldado por Melquiades para ganar la interna del PRI y convertirlo en su sucesor. Testigo de esto es el ahora Delegado Federal del SEP en Puebla, José Alarcón Hernández, quien fungió como su Coordinador Regional de campaña.
Desde ahí, cada vez que llegó una elección, Doger se mostró como un priista vergonzante: Atacó a Marín, a Javier López Zavala; apoyó el triunfo de Rafael Moreno Valle en 2010; en 2013, hizo lo mismo, costándole al PRI el tropiezo presidencial, siendo Puebla uno de los pocos Estado donde Enrique Peña Nieto fue derrotado estrepitosamente.
Cómplice siempre de Ignacio Mier Velasco, de quien se dice es su prestanombres en el periódico Cambio, Doger sabe que lo están investigando, orillándolo a tomar una decisión desesperada: Ordenó, desde hace varios días, a su Director Editorial, Arturo Rueda, virar el timón del elogio oficialista, empezando a descubrir los yerros del gobierno de Moreno Valle, causando extrañeza, haciendo que los observadores especulen sobre las razones, señalando que quizá esto es cuestión de dinero o convenios publicitarios o de desprecios. No, éste no es el caso, sino que es la única forma de convencer al Comité Ejecutivo Nacional del PRI de que no hay sumisión ni servilismo al PAN morenovallista y la muestra estaría en la información del citado periódico.
¡Burdo engaño!
Doger fue el único priista que triunfó en su Distrito en 2013, en una maniobra madrugadora del Gobernador, cuando todas las diputaciones ya se habían pintado con los colores del PRD. A la medía noche del todavía 7 de julio, Moreno Valle comprobó que Peña Nieto era el próximo Presidente de la República, reculando de última hora en los resultados.
Extraño que Andrés Manuel López Obrador hubiera arrasado en todo el Estado, pero sin obtener ninguna diputación.
La apuesta era que ganara quien fuera, menos Peña Nieto.
Y en el enjuague estaba metido el Gobernador “poblano”, Doger y toda una turba de mequiadistas al servicio morenovallista.
La traición afloró.
Ignacio Mier Velasco es cómplice de las triquiñuelas. Su hijo es Diputado por Tecamachalco después de entregarse a “Puebla Unida”, la coalición ventajosa de Moreno Valle.
Enrique Doger sueña con ser Gobernador; sabe que es su última oportunidad de conseguirlo, sea en 2016 o 2018, por eso su decisión de convencer al PRI nacional de que nunca ha traicionado, sólo ha sido pragmático, al estilo de su amigo el Gobernador panista de Puebla, quien abiertamente le ha declarado la guerra al Presidente Enrique Peña Nieto.




