Por Karina Vélez / El Sol de Puebla
SAN MARCOS TLACOYALCO, Pue.- Más de dos meses de angustia y desesperación vivió Rosario Gerardo Carrillo, originaria de esta comunidad perteneciente al municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, al no tener noticias de uno de sus siete hijos de apenas 14 años de edad, quien una mañana salió de su casa, no obstante, la búsqueda de esta mujer no sólo permitió hallar a su menor, sino a 10 niños más que eran explotados en el estado de Morelos.
La zozobra de esta madre inició el 2 de diciembre del año pasado, cuando su hijo Juan se fue muy temprano sin avisar a dónde iría. El menor de edad tampoco dejó recado sobre su paradero, por lo que desde entonces Rosario no descansó hasta hallarlo.
Su angustia la llevó a buscarlo por todo su pueblo y preguntar por él en la región, noche y día averiguó con sus amigos y conocidos, hasta que una tarde un vecino le sugirió preguntar con la gente que se iba a trabajar a la zafra de caña al estado de Morelos, pues “seguido se llevan gente a trabajar para allá” pero nadie le dio una respuesta positiva.
La mujer de 48 años de edad, se armó de valor y el domingo 16 de febrero decidió viajar hasta el estado de Morelos para buscar a Juan, para lograrlo tuvo que trabajar mucho en una maquiladora para juntar dinero y apenas logró reunir mil pesos, por lo cual pidió dinero prestado, con temor e incertidumbre viajó acompañada de su hija y yerno hasta Yautepec, con la firme esperanza de encontrar a Juan.
Al llegar a ese lugar, preguntó con la gente de su pueblo, “con los señores que llevan tiempo trabajando por allá”, e indagando pudo obtener noticias de un rancho donde probablemente estaría el menor de edad.
El suplicio de esta madre concluyó en ese sitio encontrando a Juan, sucio, delgado con los pies y manos lastimadas, pero vivo, ya que en sus pensamientos alguna vez pasó la idea de que no lo vería jamás. Rosario señaló que su hijo quiso salir de su casa a buscar mejores oportunidades y para ayudarla con los gastos de su humilde casa, pero nunca pensó el daño que le haría al irse sin avisar.
HERMETISMO POR EL CASO
El pasado 18 de febrero 11 menores de entre 13 y 17 años de edad, originarios de Puebla, aparentemente explotados en labores agrícolas, fueron rescatados en el estado de Morelos, informó la policía local, además hubo dos detenidos. De acuerdo con las primeras investigaciones el hombre ofrecía un salario de mil 200 pesos semanales y era quien los trasladaba al estado de Morelos para que trabajaran en campos de siembra de caña.
Este hecho generó la movilización de prensa de San Marcos Tlacoyalco, sin embargo, la gente evita dar información sobre el tema o emitir su comentario.
Vianey Carrillo, hermana de Juan, no quiso hablar mucho, dijo que ella no sabía por qué su hermano decidió irse de su casa, pero dejó entrever que la situación de pobreza que viven en la zona no les deja otra opción y desde muy pequeños deben trabajar lejos de ahí.
También refirió que los otros 10 menores que las autoridades poblanas encontraron en Morelos, son originarios de Palo Verde, comunidad que se encuentra a una hora de San Marcos y está más marginada.
La gente en la comunidad comenta que la pobreza extrema que viven las familias de Tlacoyalco, San Martin Esperillas, San Juan Zacabasco, Palo Verde o Piedra Hincada obliga a los más pequeños a emigrar y contribuir con el sustento de la familia “siempre ha sido así”, afirma.
Los pobladores opinan que quizá este contexto económico y social motivó al adolescente de 14 años a querer salir a trabajar para ayudar a su madre.
Mientras, las autoridades municipales se mantienen herméticas ante este caso y señalan que desconocen el paradero de los otros 10 niños, argumentando la transición de gobiernos y que no cuentan con todos los datos.
Por su parte, el presidente auxiliar de San Marcos Tlacoyalco, Braulio Varillas Juárez, no quiso dar su opinión sobre el caso, limitándose a informar que tenía mucha gente que atender por lo que no podría dedicar unos minutos a una entrevista.
Durante el recorrido por San Marcos Tlacoyalco se aprecian contrastes, un pequeño y colorido zócalo lleno de mujeres esperando su pago del programa “Oportunidades”, también se observa la presidencia auxiliar que es grande y parece conservada, hay una unidad deportiva y se ve equipada, las iglesias de diferentes tamaños lucen en las calles del pueblo por donde transitan muchos niños y mujeres descalzas, pequeños que tienen que trabajar y ayudar a la familia, debido a la falta de oportunidades y empleos, no sólo en este pueblo, sino también en las demás comunidades de Tlacotepec, que están olvidadas y marginadas.