Desde hace dos o tres meses ha dejado de funcionar el Instituto de Adultos Mayores de Puebla, lo cual pone en evidencia la falta de interés de la administración del mandatario Rafael Moreno Valle Rosas hacia la población de la tercera edad y las políticas de desarrollo social. Sin embargo, la importancia de este asunto también radica en que ahí laboraban unos 30 integrantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quienes se han quedado sin trabajo, y con ello el PRD ha perdido toda presencia en el Poder Ejecutivo, pese a que dos veces ha sido aliado electoral del gobernador.
En marzo de 2012 por primera vez se supo de la intención del gobierno estatal de desaparecer el instituto y que sus programas fueran absorbidos por una instancia federal, pero la necesidad de la administración de Moreno Valle de no romper con el PRD, partido al que tuvo de aliado electoral este año, hizo aplazar dicha decisión hasta hace un par de meses, en que de plano se dejó de pagar del personal que laboraba en dicho organismo.
El instituto está bajo el control de la Secretaría de Desarrollo Social, cuyo titular, Mario Rincón, ha mostrado un absoluto desinterés en que funcione ese organismo destinado a pagar una pensión mensual a las personas de la tercera edad. Esa actitud del funcionario en mucho se debe a las erráticas políticas públicas del actual gobierno para atender a la población pobre de estado y por ser un personaje ajeno al Partido de la Revolución Democrática, que fue priista, y ahora está vinculado al PAN, es decir a la derecha.
Los aproximadamente 30 perredistas que ahí laboraban en su mayoría son de la corriente Nueva Izquierda, que es la tribu hegemónica en el PRD poblano, así como del grupo de Miguel Tamayo, que encabeza la expresión Izquierda Social. A todos ellos se les dejó de pagar y no les han hecho ningún ofrecimiento de ser reubicados, es decir se les echó de la peor forma.
Antes de eso, a principios de 2012, se había reducido la plantilla de perredistas ahí contratados, ya que primero había casi 100 integrantes del PRD, luego se pasó a unos 50 y finalmente quedaron alrededor de 30, quienes ya no pudieron sobrevivir a los embates y ahora están fuera del gobierno.
Lo que ha pasado con este instituto ejemplifica el mal trato y las falsas promesas que sistemáticamente Moreno Valle ha hecho al PRD.
Cuando Moreno Valle era candidato a la gubernatura, en el año 2010, estableció que como parte de la alianza que tenía con el PRD iba a adoptar lo mejor de las políticas de desarrollo social que han diseñado gobiernos perredistas, los cuales se han destacado por otorgar una pensión universal a las personas de más de 65 años.
Para aparentar que se estaba cumpliendo con el anterior compromiso, al inicio del sexenio se fortaleció el Instituto de Adultos Mayores y se le entregó su control a miembros del PRD, entre los que estaban parientes y amigos de Eric Cotoñeto Carmona, el actual dirigente del partido, así como de los grupos de Socorro Quezada, Miguel Ángel de la Rosa y Enrique Aguirre, quienes son parte de Nueva Izquierda.
Fuera de una entrega simbólica de apoyos económicos a personas de la tercera edad, que en alguna ocasión se realizó en la plaza principal de San Pedro Cholula, el Instituto de Adultos Mayores no ofreció mayores resultados.
Quienes ahí laboraban decían que el problema de fondo era la falta de un presupuesto robusto que permitiera atender a la enorme población de la tercera edad.Las críticas externas indican que los perredistas ahí empleados resultaron ser un fiasco y que no siquiera pudieron elaborar adecuadamente los padrones de posibles beneficiarios de los programas públicos ahí diseñados.
Más allá de las causas que provocaron la muerte del Instituto de Adultos Mayores, lo que resulta sorprendente y angustiante es la involución del PRD poblano.
El PRD, en la última década del siglo pasado y la primera del actual, fue una verdadera fuerza de oposición, comprometida con los pueblos indígenas, con movimientos populares, con deudores de la banca y con grupos de campesinos. Era un partido que luchó contra cacicazgos y esa condición dejó una larga estela de perredistas asesinados, cuya homicidios en su mayoría quedaron impunes.
Ahora el PRD es una caricatura de lo que fue y es un partido que dejó de ser de izquierda, pues actualmente sirve a la derecha. Una prueba es que en el último proceso electoral la mayoría de sus candidatos fueron priistas y panistas, quienes fueron postulados por órdenes del gobernador debido a que estos personajes no fueron aceptados en sus respectivos partidos políticos.
Pese al maltrato del gobernador, el Partido de la Revolución Democrática poblano se mantiene leal a Rafael Moreno Valle Rosas y sus dirigentes, junto con legisladores y regidores no se atreven a hacer la más leve crítica contra el Poder Ejecutivo.
Esa condición se debe a que el senador y líder nacional de Nueva Izquierda, Luis Miguel Barbosa Huerta, tiene la esperanza de que Moreno Valle lo haga candidato a gobernador dentro de casi cinco años y por esa razón ha llevado al PRD a ser una fuerza política dócil, acrítica y casi inexistente.
Y al mismo tiempo como la mayoría de las tribus perredistas ya dejaron el PRD, ya no hay nadie que contradiga la política entreguista –o mejor dicho suicida– de Barbosa y Nueva Izquierda.