La orden tajante salió directamente de Casa Puebla y fue en el siguiente sentido: bajo ninguna circunstancia se va a permitir que la efervescencia magisterial, encabezada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), tenga presencia o tome fuerza en territorio poblano, y para ello se montó un operativo para vigilar a los grupos de docentes que podrían tener la intención de acercarse a la causas de la CNTE o de sumarse al paro cívico de este miércoles, en contra de quienes podrían caer sanciones administrativas o ser cesados.
Uno de los responsables de montar una estructura de vigilancia de los maestros que simpatizan con la CNTE es Armando Cañedo Solares, quien es director de Desarrollo Educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) estatal, y antes de ocupar ese cargo se destacó como operador electoral, principalmente en los comicios de 2010, que llevaron a la gubernatura a Rafael Moreno Valle y al inicio del sexenio fue director de gobierno y subsecretario en esa misma área.
A este funcionario de la SEP no le gustan los reflectores, no aparece en los medios de comunicación, siempre busca pasar desapercibido y es el encargado del “juego sucio” en el gobierno.
Cañedo está a cargo de las Coordinaciones Regionales de Desarrollo Educativo, mejor conocidas como Cordes, las cuales están siendo usadas para desde ahí desplegar una vigilancia de los maestros que buscan sumarse a la lucha contra de la reforma educativa del gobierno federal.
Y a su vez dicen que Armando Cañedo tiene la facultad de controlar y darle órdenes a los delegados regionales de la Secretaría General de Gobierno para que éstos le reporten algún movimiento en las escuelas del estado relacionados con las luchas magisteriales, y sobre para detectar si a las diferentes regiones del estado llegan profesores de Guerrero, Michoacán, Oaxaca o del Distrito Federal, que son los lugares de donde la CNTE tiene sus cotos de poder.
Tal situación se extiende con otros personajes del magisterio poblano, como es el caso del diputado local Guillermo Aréchiga, quien se le encomendó vigilar la región de Acatlán de Osorio, que por su proximidad a Oaxaca y ser una zona de extrema pobreza, la cual la padecen los docentes, se le considera como un área susceptible de ser infiltrada por la disidencia magisterial.
Las potestades que tiene Cañedo Solares, cuentan maestros bien informados, no sólo es vigilar al magisterio, sino también tiene licencia para iniciar de manera inmediata y contundente actas administrativas, bajo cualquier pretexto, contra los maestros que simpaticen con la CNTE.
Dicho de otra forma, tiene la encomienda de evitar el crecimiento de la CNTE o erradicarla donde ya tiene presencia.
Todo el anterior despliegue de personal y recursos materiales que se está utilizando para espiar y reprimir a los maestros adheridos a la justa y legitima lucha de la CNTE, principalmente se ha dirigido hacia varios docentes del Instituto Normal del Estado, del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec y de docenas de escuelas de La Mixteca y Teziutlán.
La posición radical que ha asumido el gobierno en este tema obedece al activismo que el jefe del Poder Ejecutivo está realizando en diferentes ámbitos para ganar notoriedad ante el presidente Enrique Peña Nieto, los gobernadores del país y la opinión pública nacional.
Sin importarle que va a contracorriente del PAN, Moreno Valle se ha erigido como el principal defensor de las reformas de Enrique Peña Nieto, incluida la educativa, para de esa manera buscar posicionarse como un gobernador con alta influencia política por encima del resto de los demás mandatarios, tanto del PRI como de oposición; y en ese sentido quiere vender la idea de que en Puebla ha logrado contener de manera pacífica el malestar que esos cambios están provocando en diferentes sectores sociales del país.
También es importante para el mandatario aplacar cualquier intento de disidencia magisterial para que no se rompa la imagen de que Moreno Valle es el gobernador más cercano al SNTE, como consecuencia del impulso que le dio en su momento la defenestrada dirigente del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo.
Esa situación le sirve a su vez para que Moreno Valle mande el mensaje al gobierno federal de que a pesar de la caída de su mentora política, Elba Esther Gordillo, él se mantiene institucional y apoya la reforma educativa de Peña Nieto, evitando el crecimiento de la CNTE en Puebla.
Y toda esta actitud ya es parte del proyecto personal de Rafael Moreno Valle para obtener mayor poder, más presencia nacional e influencia política para intentar convertirse en 2018 en candidato presidencial a través de una posible alianza de partidos de oposición.
Es decir, se ha dispuesto de un aparato represor contra los maestros –que son críticos y concientes de su papel social– para cuidar la imagen del gobernador.
Lo grave es que está pasando con un político que en 2010 le ofreció una alianza al magisterio poblano y que el actual sería su sexenio, y seguramente muchos de los maestros que votaron por Moreno Valle hace tres años, ahora son los que están siendo vigilados y acosados.
Aunque al final de esta situación tienen la culpa los maestros por haber creído que un político panista y ex priista, como lo es Moreno Valle, podía ser una opción de cambio.