Ni Blanca Alcalá, ni Enrique Agüera.
Mucho menos Enrique Doger y Javier López Zavala.
Ninguno de estos cuatro personajes pinta para sustituir a Pablo Fernández del Campo en la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI, que posiblemente abandone la dirigencia unos días antes de rendir protesta como diputado local en la siguiente legislatura, el 15 de enero.
Si tras el descarte de estos cuatro figurones piensa usted en Guillermo Deloya Cobián, a quien se le ha visto muy activo en territorio poblano en fechas recientes, estará equivocado.
En sus recurrentes visitas a Puebla, el influyente presidente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político -asociación civil ligada al PRI-ha deslizado el perfil que debe reunir quien quiera que sea que se convierta en el líder tricolor a la salida de Fernández del Campo.
Pero no porque sea él quien busque la autopromoción a través de sus palabras, sino porque, esa cercanía que tiene con César Camacho Quiroz, y que es de a de veras, le permite prever lo que viene para el PRI de Puebla en el futuro inmediato.
Hace poco menos de una semana, en la inauguración de las nuevas oficinas del Icadep en el estado, Deloya se pronunció por abrir paso en el PRI a las nuevas generaciones, a jóvenes con talento, vocación y arrestos para la vida política.
No hablaba de él.
O sí, pero no.
No para el relevo en la presidencia priista.
Cuentan que Deloya tiene la certeza de que desde el Comité Ejecutivo Nacional del partido se promoverá un cambio generacional en las estructuras, lo que significa mandar al museo a muchos de los “dinosaurios” locales para dar paso a caras nuevas, ésas que representen el “talento”, la “vocación” y los “arrestos” de los que habló frente a los reporteros.
Deloya debe saber lo que se cocina en la oficina de Camacho Quiroz.
Por eso opina y dibuja perfiles sin restricciones.
Se dice que cuando menciona “juventud” y la vincula al “talento” y los “arrestos políticos” en realidad también está incluyéndose, pero no, como se ha creído, para ocupar la presidencia del PRI.
Habrá que esperar entonces para saber qué quiere.