Se llama Emilio Baños Ardavín.
Egresado del ITAM con cédula 3424889 de la maestría en Administración, este personaje prácticamente se convirtió en rector paralelo en la UPAEP y a partir de mayo tendrá todo el control político y académico como sucesor de Alfredo Miranda López.
Baños es sobrino de Bernardo Ardavín Migoni, ex presidente de la Coparmex y líder de El Yunque nacional, forma parte de la junta de gobierno de la UPAEP y es tesorero del Centro Empresarial de Puebla.
Desde su posición de director general de Desarrollo Humano y Administración, le ganó la partida a Herberto Rodríguez Regordosa para ocupar la rectoría de la Upaep.
Herberto en el fondo fue parte de ese modelo de Universidad que se impuso durante una década y que no era otra más que la visión de negocios de la institución que impulsaron los Legionarios Javier Cabanas Gancedo y Alfredo Miranda López.
La aplicación de este proyecto trajo graves consecuencias internas porque en aras de la rentabilidad académica fueron despedidos, acosados y relegados de la toma de decisiones los yunquistas que forjaron la Universidad.
Todo lo que oliera a FUA era excluido y marginado, enviado al archivo muerto de la Upaep con la complacencia de José Antonio Quintana Fernández.
Malos tratos, agresiones laborales y listas negras fueron la constante en la gestión de Miranda hasta que fue pillado en una serie de irregularidades y negocios oscuros por lo que le pidieron preparar su salida.
La llegada de Baños Ardavín es una oportunidad de reconciliación interna de El Yunque en su peor momento político (perdió la candidatura a la alcaldía poblana y sus fundadores enfrentan agravios).
No se recurrió a una posición de El Yunque local, pero tampoco a la visión empresarial que mostró su agotamiento, sino que se opta por un perfil de influencia interna, sin protagonismos externos.
Nuevos vientos soplan al interior de la institución.