La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó como histórico el nuevo acuerdo binacional entre México y Estados Unidos para frenar el tráfico de armas. La mandataria explicó que, por primera vez, Washington reconoció el flujo de armamento como un problema compartido y aceptó ejecutar operativos en su propio territorio.
Sheinbaum detalló que el entendimiento establece la estrategia “Barrera al Fuego”, integrada en el Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley, con la que se busca detener el trasiego de armas ilegales, además de fortalecer la trazabilidad e investigación conjunta.
Según la presidenta, alrededor del 75% de las armas incautadas en México provienen de Estados Unidos, por lo que este paso representa un cambio de visión sin precedentes. “Ahora se podrá rastrear no solo al fabricante, sino también a las armerías o vendedores que las comercializan”, afirmó.
La jefa del Ejecutivo recordó que durante años Washington se había negado a reconocer su responsabilidad en este fenómeno, e incluso implementó el fallido operativo “Rápido y Furioso”, realizado durante los gobiernos de Barack Obama y Felipe Calderón, que terminó fortaleciendo a los grupos criminales al perderse el control de las armas vendidas con chips de rastreo.
El acuerdo contempla también la creación de un grupo de alto nivel binacional, conformado por subsecretarios de ambos países, que dará seguimiento a las acciones pactadas. Esta semana, los equipos se reunirán en Texas para iniciar los primeros trabajos de coordinación.
Sheinbaum destacó que este logro responde a meses de negociación y a la visita a México del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, a inicios de septiembre. “La soberanía no es negociable. Ahora tenemos un acuerdo que reconoce la corresponsabilidad y que nos permitirá reducir la violencia en nuestro país”, puntualizó.