Actualmente, Cutzamala atraviesa una severa sequía en un 85.8% de su territorio y, por otra parte, representa el mismo problema en grado extremo en un 8.7%, lo que implica una de las condiciones más graves registradas durante las últimas dos décadas en el valle de México.
Este año comenzó aún más seco en relación con el año 2020. Este fenómeno afectó el aumento de la demanda de agua debido a la pandemia de COVID-19 en el cual se hacía un llamado a la población para lavarse las manos y limpiar superficies.
Para hacerla frente a esta situación se llevará a cabo una construcción de una planta potabilizadora en la presa Madín y se llevará agua a diversos municipios del Estado de México e Iztapalapa, alcaldía que más ha sufrido la escasez de líquido.
Dicho proyecto dará inicio a su construcción durante este mismo mes de abril y se espera que pueda estar completamente listo en un año y medio.
Este será financiado a través del Fideicomiso 1928 el cual cuenta con un fondo de 4 mil millones de pesos aproximadamente.
Cabe mencionar que tambien se encuentran analizando la opción de traer agua directamente de la Presa Guadalupe, Valle de Xico y Nuevo Lerma.
Con la búsqueda de nuevas fuentes de agua se espera que se pueda encontrar diversas soluciones a la sequía, no obstante la Presa Madín tendría un impacto limitado según declaraciones de José Luis Luege Tamargo, ex director de CONAGUA y presidente de la asociación “Ciudad Posible”.
“Madín es una presa muy pequeñita que ya tiene una planta potabilizadora. Estoy de acuerdo en ampliar la capacidad de la planta potabilizadora pero hay que hacer muchas otras cosas”, explicó Tamargo.