Luego de las intensas lluvias que azotaron Guerrero, el gobernador de la entidad, Ángel Aguirre, afirmó que el costo por las inundaciones será de aproximadamente cinco mil millones de pesos.
Al hacer un balance de los daños por el paso de la tormenta tropical Manuel, confirmó la muerte de 22 personas y dijo que al momento 20 comunidades permanecen incomunicadas.
En entrevista televisiva, aseveró que en un plazo de 72 horas se podrán restablecer los vuelos y abrir las carreteras que conducen a la entidad desde la Ciudad de México.
Por su parte, la subsecretaria de Protección Civil de Guerrero dio a conocer que de acuerdo con los reportes preliminares, hasta ayer se tenían cuantificadas 11 mil 591 viviendas que tuvieron daños mayores, 25 ríos desbordados, y daños de consideración en la red carretera del estado.
La dependencia indicó que a la fecha, en el municipio de Acapulco, se tienen confirmadas cinco mil viviendas afectadas y 42 derrumbadas; 80 árboles caídos; tres ríos desbordados; 16 personas fallecidas; 62 personas rescatadas, y cinco mil 190 más atendidas en 11 refugios temporales, reportándose el extravío de una lancha con dos pescadores a bordo.
La Subsecretaría de Protección Civil de Guerrero dio a conocer que brigadas de los tres niveles de gobierno atienden a la población afectada por las fuertes lluvias causadas por la tormenta Manuel, en 49 municipios del estado, y coordinan el traslado a albergues de quienes permanecen en zonas de riesgo.
Lo anterior forma parte de un programa emergente para dar atención a las más de 12 mil personas damnificadas, a quienes se les brindó ayuda , con la instalación de 36 albergues temporales, donde se les dota de alimentos calientes, ropa y cobertores para paliar las inclemencias del tiempo.
La Comisión Federal de Electrticidad (CFE) reconoció que debido a las intesas lluvias en el puerto guerrerense se dejó sin luz a algunas comunidades para evitar daños mayores, debido a las intensas lluvias, viento e inundaciones de las últimas horas.
Estefano Conde, grente de Comunicación de CFE, afirmó que la estación de Tres Palos, en Acapulco, opera con regularidad y en el caso de la falta de electricidad en el aeropuerto porteño se debe a la infraestructura de la terminal aérea y no a problemas de la paraestatal.
Ayuda a turistas
Por otra parte, Armando de la Cruz Uribe Valle, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, dijo que el gobierno federal y el estatal absorberán el costo de hospedaje extra de miles de turistas que se quedaron varados en Acapulco.
Detalló, en entrevista con Martín Espinosa, para Grupo Imagen Multimedia, que la medida forma parte del plan de apoyo a turistas varados en Acapulco y con el que se absorbe el total del costo de hospedaje extra mientras que se habilita el puente aéreo para que puedan regresar a la Ciudad de México.
Destacó que “primero los empresarios hoteleros habían determinado ofrecer un descuento de 50 por ciento por habitación, pero las autoridades cubrirán la totalidad de los gastos, en apoyo de los turistas formalmente registrados”.
Con una ocupación hotelera de 60 por ciento durante el puente largo por fiestas parias, Manuel sorprendió a cerca de 40 mil turistas en Acapulco, 18 mil de los cuales estaban formalmente hospedados en hoteles y el resto ocupaba casas en renta, detalló Uribe Valle.
Entre los hoteles donde hay turistas que no pueden salir están el Fiesta Americana, Fairmont Acapulco Princess, Pierre Marqués y Boca Chica.
Asimismo, han acudido a algunos de los 11 albergues instalados en el puerto para la atención de daminificados, como el Centro de Convenciones, Fórum Imperial y el centro acuático Cici.
Los comercios que operan en el puerto enfrentan largas filas para la compra de víveres, principalmente en el Acapulco tradicional, mientras en la anegada Zona Diamante decenas de habitantes de Acapulco se dedicaron a la rapiñam afectando negocios como Cotsco.
Esperan más damnificados
Luis Walton, alcalde de Acapulco, dijo que “se vive una situación crítica”, para lo que se han habilitado 11 albergues y se espera que en las próximas horas haya más damnificados.
En entrevista con Martín Espinosa, para Grupo Imagen Multimedia, detalló que se espera la llegada al puerto de otros nueve helicópteros de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para agilizar las labores de rescate, así como para la entrega de agua potable y de víveres, en las zonas colapsadas.
Estas aeronaves se suman a las tres, dos de la Policía Federal y otra de la Secretaría de Marina, que desde ayer recorren el puerto en busca de sobrevivientes.
Acapulco, puntualizó el alcalde, “no se había visto tan golpeado desde Paulina”. Y aseguró que ninguna infraestructura es suficiente para aguantar el embate de la tormenta tropical Manuel que azotó las costas del océano Pacífico durante tres días.
Sabían de los riesgos en la zona residencial
A pesar de los difíciles momentos por los que ha pasado el puerto de Acapulco en los últimos días, los acapulqueños intentan regresar a la normalidad. En el puerto, la zona más afectada es la que va de Puerto Marqués hasta el aeropuerto, en la zona residencial de Acapulco Diamante.
Ahí en los diferentes conjuntos habitacionales, principalmente en la Unidad Luis Donaldo Colosio, el agua llegó a un metro y medio de altura; la mayoría de las casas que se encuentran en la zona resultaron afectadas. En casi todas se mojaron los muebles y la mayoría de los habitantes del lugar están en casas de familiares o en albergues, esperando que baje el nivel del agua para que puedan regresar a sus hogares y ver los daños.
Hace 20 años esos terrenos eran grandes huertas de coco y de mango; en algunos otros casos eran grandes viveros. Los terrenos se ubican cerca del Boulevard de las Naciones, que va de Puerto Marqués hacia el aeropuerto del lado izquierdo.
A raíz de la creación de la zona del Acapulco Diamante, a principio de los años 90, los terrenos de esa zona, donde actualmente están construidas grandes unidades habitacionales, comenzaron a alcanzar altos precios.
Sin embargo, los terrenos más valiosos y los que se vendieron más rápido son los que se ubican, yendo hacia el aeropuerto, del lado derecho , por su cercanía al mar. Estos terrenos se le declaró como reserva, pues en ellos habitan muchos animales, principalmente insectos propios de la región.
Sin embargo, ya que había grandes desarrollos turísticos por la zona, hoteles y condominios; las compañías constructoras se interesaron en esas reservas para construir casas o departamentos que se podrían vender a buen precio por ser una zona turística y los terrenos por ser reserva y estar clasificados como humedales y suelo de uso agrícola no eran tan caros.
Se comenzaron a comprar los terrenos por parte de las compañías y posteriormente éstas convencieron a los presidentes municipales para que en sesión de cabildo se autorizaran los cambios de uso de suelo a “uso habitacionales”, todo en favor del desarrollo turístico y la inversión en Acapulco.
Hubo mucha oposición por parte de grupos ecologistas, pues aseguraron que eso lastimaría los ecosistemas locales, afectando los animales que ahí vivian y retrasando la absorción del agua en la zona, independientemente de que por estar muy cerca de la Laguna de Tres Palos potenciaría la posibilidad de una inundación en caso de lluvias fuertes, situación que finalmente se presentó en septiembre de 2013.
Finalmente las compañías constructoras de desarrollos habitacionales compraron los terrenos a precio de terrenos de uso agrícola para vender casas y departamentos en la zona.