Al menos el 15 por ciento del combustible que circula todos los días por el país es comercializado por redes del crimen organizado, reveló la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
Los dueños de estaciones de servicio, incluso, son amenazados para vender la gasolina y el diesel obtenido de manera ilícita.
“La verdadera competencia ya no está entre gasolineros, sino con las bandas delincuenciales que venden el producto robado, huachicoles o combustible de dudosa procedencia en bidones de 50, 20 o 30 litros, todo a mitad de precio en las diversas carreteras del país”, describió Juan Pablo González, presidente de Amegas.
La venta clandestina se da lo mismo en tiendas de abarrotes que en locales fachada o talleres con otro giro aparente.
“Creemos que un 15 por ciento del combustible es manejado por la delincuencia, a bajo precio, en la total clandestinidad y, por supuesto, sin pago de impuestos, lo que se ha traducido en el desplome de la venta formal”, indicó González.
—¿De dónde se nutre el crimen? —se le preguntó.
—De las tomas clandestinas, que se han disparado en los últimos años, y de la ordeña de pipas, del robo a mano armada.
Cirilo Tapia, presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo, el otro gran grupo que aglutina a los gasolineros), afirmó: “Los que llegan a vender son los que perforan ductos, los que roban y le bajan combustible a los camioneros”.
—¿La delincuencia entonces ha llegado a ofrecer combustible a los gasolineros? —se le cuestionó.
—Sí, llegan y te dicen: aquí está esto y ahí te va, te guste o no te guste, ahí sí es donde se pone complicada la situación.
—¿Y si no les compran?
—Está cañón, vienen las represalias… Nos han quemado estaciones o vehículos dentro de las gasolineras, han hecho cobros de piso o secuestros. No es justo que vayan y te extorsionen, que vayan y te secuestren o te quemen las instalaciones, la autoridad tiene que hacer algo urgente.
No obstante, las propias autoridades son intimidades por los cárteles y sus inspecciones y labores de vigilancia son limitadas.
Christian Turégano, de la Secretaría de Economía: “En algunas zonas del país la violencia es generaliza, entonces tampoco vamos a arriesgar a los supervisores, si hay alguna acción violenta privilegiamos la seguridad”.
Según Onexpo, la disminución de las ventas ha llegado hasta el 40 por ciento en el presente sexenio: además de la comercialización por parte de la criminalidad, otros de los factores para esta situación sombría son: el desorden en el cual operan las gasolineras y su descontrolado aumento.
“Hay una canibalización entre gasolineros, por el número exagerado de estaciones que se han instalado en lugares donde no hacía falta y donde sólo se afectó a los compañeros”, admitió Tapia.
Por eso, llamó a la Comisión Federal de Competencia a poner orden en el sector, “porque hoy instalar una estación de servicio ya no es negocio, es tirar el dinero o repartirlo entre los delincuentes”.
