En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Secretario General de la ONU, António Guterres, lanzó una advertencia urgente sobre un inminente “infierno climático”. Guterres subrayó la necesidad de acciones inmediatas para evitar un desastre climático irreversible.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea reveló que los últimos 12 meses han sido los más cálidos desde que comenzaron los registros en 1940. La temperatura media mundial en este periodo fue 1.63 grados Celsius por encima de la media preindustrial, marcando un preocupante récord de calor.
Aunque esta media de 12 meses no implica que el mundo haya superado permanentemente el umbral de calentamiento global de 1.5°C, que se mide en términos de décadas, sí señala una tendencia alarmante hacia condiciones más extremas e irreversibles. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que hay un 80% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años supere temporalmente este umbral de 1.5°C.
Guterres, en su discurso, destacó la rapidez con la que el mundo se está alejando de la estabilización climática, señalando que en 2015 la posibilidad de tal incremento era prácticamente nula. “Necesitamos una rampa de salida de la autopista hacia el infierno climático”, afirmó, enfatizando que la lucha por mantener el calentamiento global bajo control se ganará o se perderá en esta década.
Medidas para frenar este fenómeno
Para revertir esta peligrosa trayectoria, Guterres instó a una reducción del 30% en la producción y uso de combustibles fósiles para 2030. Las emisiones de dióxido de carbono, principal causa del cambio climático, alcanzaron niveles récord el año pasado, a pesar de los acuerdos internacionales y la expansión de las energías renovables.
El carbón, el petróleo y el gas siguen proporcionando más de tres cuartas partes de la energía mundial, con una demanda petrolera que se mantiene fuerte. Este persistente uso de combustibles fósiles socava los esfuerzos globales para frenar el cambio climático.