La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció, en 2013, el 20 de marzo como fecha para celebrar el Día Internacional de la Felicidad, con la finalidad de reconocer la importancia que tiene ese estado emocional en la vida de cualquier ser humano.
De acuerdo con la misma organización, la felicidad individual es, en parte, consecuencia de la felicidad global, la cual se da con la colaboración de todos, una opinión que es compartida por varios expertos.
Desde aquel 2013 en que se implementó el Día Internacional de la Felicidad, la ONU publica anualmente su Informe Mundial de la Felicidad, en el que muestra los resultados de estudios sobre el índice de felicidad en varios países.
De esta manera, en la clasificación correspondiente al periodo 2019-2021, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia, Noruega, Israel y Nueva Zelanda fueron los países mejor situados en la clasificación global.
Para 2022, la situación no sufrió mucos cambios ya que, por quinta ocasión consecutiva, Finlandia fue reconocida como la nación más feliz del mundo, seguida por Dinamarca, Islandia, Suecia, Suiza, Israel, Irlanda, Países Bajos, Nueva Zelanda y Costa Rica.
La lista sobre el índice global de felicidad elaborada por la ONU está integrada por 146 países y, en ella, Afganistán aparece como el país menos feliz del mundo; en tanto, México se ubica en la posición número 46.
¿Es posible alcanzar la felicidad buscándola?
Para varios especialistas, la felicidad es un estado asociado a una emoción positiva en el que influyen varios factores, por lo que, en realidad, no hay una fórmula para alcanzarla, ya que las circunstancias de cada persona son diferentes.
También, según algunos psicólogos, cuando la búsqueda de la felicidad se vuelve obsesiva, generalmente conduce a resultados contrarios y provoca un sentimiento de frustración debido a que mientras más se busca la felicidad, más inalcanzable parece.
Lo que sí recomiendan los especialistas es apreciar tanto lo bueno como lo malo de la vida, reconocerlo y aceptarlo, dando su justa dimensión a cada vivencia sin que se conviertan en obsesiones u obstáculos para disfrutar de la vida, sin que nos impidan ser felices al menos por un instante cada día.
En este Día Mundial de la Felicidad, ¡sonríe!