Por encontrarse irregularidades en el proceso, un tribunal de Brasil dictaminó que los culpables de un incendio en una discoteca fueran liberados. Esto a pesar de que el número de personas fallecidas y heridas superan las 800; aunado al descontento de los familiares de las víctimas.
A través de un comunicado emitido la noche de ayer, la Primera Sala Penal del Tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul detalló que los argumentos expuestos por la defensa de los señalados fueron irrefutables. Los cuales indicaban que el jurado para el caso fue elegido de manera poco clara y con la tendencia de señalar a sus clientes como culpables.
Situación por la que todas las pruebas aportadas para demostrar la inocencia de los supuestos culpables no eran tomadas en cuenta por el tribunal. Haciendo que el trabajo de la defensa y los argumentos expuestos no tuvieran valor mucho antes de ser expuesto.
Razón por la que, con dos votos a favor y uno en contra, la Primera Sala Penal decidió emitir la sentencia de sacar de la cárcel a Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, socios de la discoteca Kiss. Así como a Marcelo de Jesús dos Santos y Luciano Bonilha Leao, vocalista y asistente del grupo que llevaron los fuegos pirotécnicos al lugar.
No obstante, se informó que los señalados no podrán salir de la ciudad a pesar de salir de la cárcel, en donde estaban desde 2013. Esto debido a que se estableció que el proceso debería ser retomado con la conformación de otro jurado. Por lo que la muerte de los 242 jóvenes y 636 heridos no quedará impune.
La tragedia de la discoteca Kiss
El 27 de enero de 2013 cientos de jóvenes festejaban el inicio de su vida universitaria al comenzar un ciclo más en la vida educativa del país. Por lo que se congregaron en la discoteca Kiss ubicada en la zona centro de Santa María, Rio Grande do Sul.
Donde, aproximadamente a las 2:30 de la mañana, se registró un incendió que fue ocasionado por los fuegos pirotécnicos que la agrupación que tocaba en el lugar llevó. Siniestro que se salió rápido de control debido a que el techo del inmueble estaba construido con material altamente inflamable.
Hecho por el que 242 jóvenes perdieran la vida quemados, asfixiados o pisoteados por la ola de asistentes que intentó salir a toda prisa del inmueble para salvaguardar su integridad. A la que se sumaron 636 universitarios heridos que tuvieron que ser ingresados a los múltiples nosocomios de la ciudad.