El gobierno de Japón ha extendido el estado de emergencia por COVID-19 hasta el 30 de septiembre por la delicada situación hospitalaria que siguen viviendo, pero con probabilidades de relajar restricciones a finales de año, cuando se espera que la mayoría de la población esté vacunada.
Yoshihide Suga en su primera rueda de prensa, después de anunciar que no se llevará a cabo la reelección como presidente de su partido ni en las elecciones generales que han de celebrarse antes de finales de noviembre, recalcó que, a pesar de la baja de contagios, los casos graves siguen altos y la disponibilidad hospitalaria no es la mejor.
El estado de emergencia el cual está afectando actualmente a 21 de las 47 provincias de Japón iba a dar fin este domingo, pero el Gobierno ha decidido extenderla hasta el 30 de septiembre para 19 de los distritos, entre ellos Tokio y las áreas colindantes, Hokkaido, Osaka, Aichi y Fukuoka.
Los contagios diarios de COVID-19 han alcanzado un pico de más de 25 mil casos a mediados de agosto, pero desde entonces han estado disminuyendo y se sitúan actualmente en torno a la mitad, aun así, la presión sobre los hospitales sigue siendo considerable en las zonas más densamente pobladas del país.
Las autoridades consideran el empezar a aliviar restricciones en el mes de noviembre, cuando esperan que la mayoría de la población haya recibido la dosis completa de la vacuna o tenga más acceso a las pruebas.