Este miércoles Rusia dio a conocer que estaba “frenando” el funcionamiento de la plataforma Twitter dentro del país, esto debido a que consideran que no borran contenidos “ilegales”, este acontecimiento se considera solamente como la primera advertencia que pone tensas las relaciones entre Moscú y los gigantes de las redes sociales.
Durante las últimas autoridades de Rusia incrementaron sus críticas a las empresas estadounidenses Twitter, Facebook y YouTube, así como a la china Tik Tok, denunciando principalmente su omnipotencia y haciendo fuertes críticas a la forma de moderar sus contenidos, en especial aquellos con carácter político.
Sin embargo en esta ocasión el problema de Rusia con Twitter no fue por dicho contenido político sino por contenido considerado principalmente como pornografía infantil o de defensa a las drogas o el suicidio.
Las medidas de respuesta centralizadas en contra de Twitter fueron llevadas a cabo principalmente, ralentizando la velocidad del servicio, así lo informo el órgano de regulación de internet y medios de comunicación Roskomnadzor, quienes tienen poder para bloquear sitios web o recursos de internet en Rusia.
Este órgano aclaró que la ralentización se aplicaba a los “contenidos de audio, video e imágenes gráficas”, pero no a los mensajes de texto, que constituyen el grueso de los intercambios en Twitter.
Por otra parte el actual portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, menciono que aunque los rusos “deben tener la posibilidad de acceder a todos los recursos globales (de internet)”, éstos “deben respetar la legislación rusa”.
Se ha mencionado que Moscú lleva algunas semanas teniendo en el punto de mira a las principales Redes Sociales que están acusadas de haber permitido publicaciones ilegales en apoyo del opositor encarcelado Alexéi Navalni.
Durante el mes de enero se difundieron mediante dichas redes, diversas convocatorias de manifestaciones, mismas que durante dos días de protestas finalmente fueron reprimidas por la policía.
Cabe mencionar que durante el día lunes, la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, acusó a los gigantes de internet de “operar fuera del marco legal” y de “no obedecer a menudo a ninguna ley rusa”.
Un día antes de dichas acusaciones, Facebook había bloqueado artículos de los medios rusos RBK y TASS que hablaban principalmente de la detención de presuntos “extremistas” ucranianos.
Cabe resaltar que a finales de enero, el presidente Vladimir Putin dijo en el Foro de Davos que los gigantes de internet “ya compiten de facto con los Estados”, refiriéndose a sus “intentos de controlar brutalmente la sociedad”.
Rusia es un país donde se considera que el internet sigue siendo relativamente libre y donde muchos jóvenes se informan cada vez más en plataformas como YouTube.
Plataforma mediante los vídeos de estrellas de la web como Yuri Dud, conocido por sus impactantes documentales, o las investigaciones anticorrupción del opositor Alexéi Navalni acumulan decenas de millones de visitas.
En respuesta a esta libertad en cuanto a información, las autoridades han apretado las tuercas del “runet”, el internet ruso, en nombre de la lucha contra el extremismo, el terrorismo y la protección de los menores.
Cabe resaltar que Rusia ya está bloqueando varios sitios que se han negado a cooperar con las autoridades, como la red social profesional LinkedIn, propiedad de la empresa estadounidense Microsoft.
Como era de esperarse Twitter, Facebook y Google son multados regularmente, pero las cantidades de dichas multas siguen siendo insignificantes en comparación con sus beneficios.
Diversas autoridades rusas también atacaron en 2018 al popular servicio de mensajería encriptada Telegram, esto debido a su negativa de facilitar a los servicios de seguridad los medios necesarios para leer los mensajes de sus usuarios.
Aunque luego de dos años renunciaron y levantaron la prohibición.