El número de migrantes muertos por el naufragio de un barco en el mar Mediterráneo, frente a las costas de Libia, el pasado domingo, ascendió a 800, según una nueva estimación de la oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR).
La nueva cifra, que supera en 100 fallecidos al balance inicial, se basa en las investigaciones de ACNUR y en las declaraciones de los 28 supervivientes de la tragedia, quienes señalaron que viajaban en la embarcación al menos 850 personas.
“Este es el incidente más mortífero que hemos registrado”, lamentó en rueda de prensa realizada en Ginebra el portavoz de ACNUR Adrian Edwards.
Aun cuando ACNUR se congratuló por el plan de 10 puntos al que llegaron los representantes de la Unión Europea para enfrentar el problema de la migración y sus terribles condiciones, el responsable de emergencias de la dependencia de Naciones Unidas, Volker Turk, dijo que esta nueva estrategia debe mostrar “un fuerte componente sobre refugiados y solicitantes de asilo”.
Por su parte, el portavoz de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), Joel Millman, advirtió que de acuerdo con las estimaciones que han hecho, en caso de que la situación continúe como hasta ahora, el número de personas que huyen de sus países a través del Mediterráneo podría llegar a 30 mil.