Para evitar la afectación de cultivos de agave, aguacate, berries, café, higo, maíces nativos, pitaya, plátano, cítricos y vainilla, productos de consumo nacional y de exportación, se requiere de inversión para la distribución de agua en las zonas agrícolas de 36 municipios de Puebla donde ya hay poco líquido y en otros ya llega al límite.
En el estudio “Evaluación de la Disponibilidad Hídrica para la Producción de Cultivos Estratégicos en Puebla”, que realizaron en conjunto las secretarías de Desarrollo Rural, de Educación Pública y el Consejo de Ciencia y Tecnología, se reveló que 24 municipios muestran un índice de estrés hídrico alto, lo que significa que la oferta de agua es insuficiente para atender la demanda del líquido y se requiere de inversiones en obras de capacitación y almacenamiento de lluvia para mejorar la eficacia productiva.
En 12 municipios el índice es medio y la oferta hídrica llega al límite máximo para atender la demanda, y se corre el riesgo de convertirse en un factor limitante de desarrollo.
Estas dependencias evaluaron la disponibilidad hídrica de nueve cultivos de los polos de desarrollo en 154 municipios y los resultados arrojaron que el 36% muestra un índice de estrés hídrico relativo bajo, 40% moderado, 8% medio y 16% alto.
Son 56 municipios con un bajo índice de estrés que no experimentan presiones sobre el recurso hídrico, incluso, es posible mejorar la productividad mediante el incremento en la densidad de población de plantas y en estas condiciones se encuentran las regiones de las sierras Norte, Nororiental, Negra y Nevada, así como el Valle de Puebla.
En 62 municipios con índice moderado, la disponibilidad de agua se puede convertir en un limitante de desarrollo, de manera preventiva es necesario implementar un programa de capacitación en la gestión adecuada del recurso hídrico.
En este sentido, el agave se podría afectar en Chiautla e Izúcar de Matamoros; el aguacate, en Atlixco y en la Sierra Norte; el café, en Huauchinango, Zacatlán y Huehuetla, y el maíz, en Ciudad Serdán, San Martín Texmelucan y Atlixco, entre otros.
En el estudio se determina que es conveniente realizar talleres de capacitación para realizar prácticas de conservación de suelo y agua, concienciar a los productores en la importancia de utilizar fertilizantes orgánicos de acuerdo al análisis del suelo y, en general, adoptar un modelo de agricultura sustentable.
Aunado a esta situación, hay una tendencia a la disminución de la superficie sembrada, a una tasa promedio anual de -2.14 por ciento.
Y es que la población dedicada a actividades agropecuarias en Puebla pasó de 70.28% a 53.77% de la población económicamente activa (PEA), entre 2010 y 2020.
En el mismo estudio se alerta a que en el futuro los cultivos clave, por una mayor presión de la demanda, podrían impactar a la salud por el uso de aguas residuales.
El flujo de agua en la producción de cultivos estratégicos disponible es de dos mil 400 millones 832 mil 303 metros cúbicos al año. Mientras, la fuente de aprovechamiento es de dos mil 399 millones 956 mil 610 metros cúbicos.