Siempre se ha caracterizado por marcar la pauta con cada gira a lo largo de 30 años de carrera, y el MDNA Tour no fue la excepción. Madonna hipnotizó, impresionó y sorprendió a 55 mil personas que se dieron cita anoche en el primero de dos conciertos en el Foro Sol, que la cantante dará en México como parte de su actual gira.
Dividido en cuatro actos: Transgression, Prophecy, Masculine / Femenine y Redention / Celebration, Madonna dejó claro con un show multimedia, que mezcló tecnología de punta en la parte técnica, un ensamble de 22 bailarines, un recorrido por su historia musical y una puesta en escena completamente teatral, porqué es considerada por su generación, y la nueva, la Reina del Pop.
A las 20:45 horas el DJ británico Paul Oakenfold abrió lo que se convertiría en la última gran fiesta musical de 2012 en el recinto de la Magdalena Mixhuca, con un set en vivo en el que bandas como The Killers, The Rolling Stones, Eurythmics, Rihanna, Michael Jackson, Red Hot Chili Peppers, Fun, Nirvana, White Stripes y U2 formaron parte de los 60 minutos en los que, el también productor, hizo bailar a los fans de Madonna.
El gigantesco escenario diseñado por Mark Fisher especialmente para la novena gira mundial de Madona se encendió al ritmo de los beats que Oakenfold disparó sin piedad hacia los asistentes, quienes a la voz de “put your hands up Mexico” no pararon de bailar.
Minutos antes de que la originaria de Michigan, Estados Unidos, apareciera en el escenario, una voz en inglés dio el primer anuncio de la noche: “bienvenidos al MDNA Tour 2012, para comodidad de los asistentes y de los artistas le pedimos al inmueble que se convirtiera en un espacio libre de humo, por lo que si usted fuma le pedimos buscar las zonas asignadas”, seguido de un video de seguridad que se proyectó en las pantallas laterales del escenario.
La desesperación de los seguidores de Madonna llegó a su fin cuando en punto de las 22:30 horas las luces del Foro Sol se apagaron y sólo una cenefa de focos en la parte superior del escenario quedó encendida y el foro sol se iluminó con los miles de celulares que no quisieron perder detalle.
Una impresionante escenografía de una iglesia y un sahumerio que se balanceaba por todo el escenario, mientras los bailarines tomaban sus lugares a la par que los cantos religiosos resonaron por el recinto, anunciaron el regreso, después de cuatro años, de Madonna a México.
Los primeros acordes de Girl Gone Wild y la presencia de la Chica material en una puerta superior arrancaron los gritos de los presentes. La fiesta había comenzado con Transgression bajo una lluvia de luces rojas que llegaron justo después de que los vitrales de la iglesia se rompieron y un extracto de Material Girl y Give It 2 Me retumbaron en el foro.
“¿Qué pasó México?”, fueron las primeras palabras de la reina, en español, a sus súbditos quienes respondieron con un grito que dio paso a Revolver, mientras ella, en un traje negro ajustado se paseaba por el escenario.
La movilidad que el arquitecto Fisher le brindó al escenario del MDNA Tour se reflejó cuando del piso se elevó un pequeño cuarto de hotel donde Madonna reposaba en un sillón mientras de su boca salió la letra de Gang Bang, a la vez que escalaba por las paredes, disparaba una ametralladora que salpicaba la pantalla principal y pateaba una puerta.
De pronto Papa Don’t Preach transportó a la monarca y sus miles de súbditos de vuelta hasta la década de los 80, para después, de golpe regresarlos al siglo XXI con Hung Up, mientras a Madonna sus bailarines la cargaban y lanzaban.
Así, la pasarela que forma el codiciado Golden Triangle (la zona más cercana al escenario) fue donde la atención se centró mientras Madonna, con guitarra en mano, se paseó al ritmo de las notas de I Don’t Give A, donde Nicki Minaj, se hizo presente de manera virtual.
Tras un video de un remix de Best Friend, que marcó la transición del primer al segundo acto, Madonna reapareció en el escenario ataviada como una simpática porrista para interpretar Express Yourself, con la cual puso a bailar a los asistentes, quienes la ovacionaron cuando hizo un comparativo entre su tema y Born This Way de Lady Gaga, concluyendo con She is Not Me, que en español quiere decir “ella no es yo”.
Give Me All Your Luvin’ mostró el despliegue tecnológico que La Reina lleva por todo el mundo, lo cual dio paso a un pequeño mix, en video, de éxitos como Holiday, Into The Groove y Lucky Star.
“Está bien México, ¿están tan felices como yo de estar aquí?, vamos a cantar juntos”, ordenó Madonna, lo cual sus fans acataron y juntos cantaron Turn Up The Radio.
“Vamos México”, dijo, arrancando los aplausos a ritmo. “No los escucho”, dijo, provocando que las voces elevaran su volumen.
“Damas y caballeros quiero presentarles a Kalakan Trío, espero que canten esta canción con nosotros”, dijo Madonna mientras las primeras notas, de un nuevo arreglo de Open Your Heart retumbó en el lugar. “Ok chicos quiero oírlos”, dijo mientras bailó con su hijo Rocco Ritchie.
“Gracias, Sagara Jo, Mexico”, dijo lo que la gente repitió y después explicó que era una expresión que significaba los amo, y surge de la cultura vasca donde se usaba para aplastar manzanas y separar la carne del jugo, por lo que ella le pidió a su público repetirlo para separar los malos pensamientos, las diferencias y “todo lo que nos separa, todos somos iguales.
“Hemos escuchado sobre el calendario maya y el fin del mundo, y no creo esa mierda. Ya hablé con grandes chamanes y me dijeron que hemos malinterpretado los mensajes, se trata de un nuevo comienzo”, dijo Madonna antes de dar paso a Masterpiece, con la cual concluyó el segundo acto.
Tras 116 minutos, donde resonaron temas como Justify My Love, Vogue, Human Nature —en la que enseñó el trasero y mostró un tatuaje que decía EVE— Like a Virgin —en la que se arrastró sobre el piso— Nobody Knows Me y Celebration, Madonna conquistó, una vez más, a sus seguidores mexicanos quienes no dejaron de aplaudirla.
