Acompañado de un nutrido grupo de universitarios, amantes del deporte del emparrillado, el Rector Alfonso Esparza Ortiz inauguró el campo de fútbol americano “La guarida del Lobo”, en Ciudad Universitaria (CU), una obra que proporciona a los atletas un espacio reglamentario, confortable y moderno, con acabados certificados bajo estándares internacionales, como el reglamento de la NFL, National Football League, para sus actividades deportivas.
“Este campo responde satisfactoriamente a las necesidades de quienes practican el americano. Hoy nos llena de orgullo inaugurar esta obra que es ejemplo a nivel nacional y para muchas otras ligas, pues cumple con todas las especificaciones técnicas necesarias”, expresó el Rector antes de marcar el saque de salida del partido inaugural, jugado por la liga intermedia de Lobos BUAP y los Búhos del IPN.
La obra, ubicada a un costado de la Biblioteca Central, en el Complejo Deportivo Universitario y de Alto Rendimiento, en CU, consta de un campo y contracampo (área de 6 mil 448 metros cuadrados, aproximadamente), de una caseta de alrededor de 44 metros cuadrados y un pórtico de acceso. “Su culminación da respuesta a una petición manifestada desde hace mucho tiempo por los atletas de esta disciplina”, comentó Esparza Ortiz.
José Marún Ibarra Doger, director de Cultura Física de la BUAP, agradeció la entrega de dicha obra, pues en repetidas ocasiones los deportistas universitarios habían manifestado la necesidad de contar con espacios dignos como la ahora terminada “La guarida del Lobo”. Tras manifestar a nombre de los atletas la alegría de contar con dicho espacio, invitó al Rector de la BUAP a usar el jersey número uno.
Al protocolo asistieron miembros de los representativos universitarios del deporte del emparrillado, aficionados, jugadores profesionales y amateurs. Entre los gritos de la porra, uno de ellos comentó emocionado: “el césped es como el del campo de los Vaqueros”.
Las autoridades de la Institución aprovecharon el momento del partido inaugural entre Lobos BUAP y Búhos del IPN, liga intermedia, para convivir con los atletas, familiares y amigos, amantes todos del deporte de la tacleada, quienes entre música de banda y coros de porristas, disfrutaron de un ambiente deportivo, netamente universitario.
