Mientras algunos gobiernan y otros organizan foros, hay nombres que suenan fuerte en el círculo rojo, en los cafés y las sobremesas de empresarios, políticos y funcionarios. La lucha por el poder ya comenzó.
Y aunque en Puebla, el proceso electoral de 2027 aún no ha iniciado formalmente, en los hechos, la carrera ya está en marcha y la mayoría lo sabe.
Diputados locales que buscan brincar a otro puesto, presidentes municipales que quieren reelegirse, regidores que anhelan el Congreso del estado y operadores políticos que aspiran a ser jefes de su colonia; así, un largo etcétera. El mapa político se mueve en silencio, pero se nota: la guerra por la sucesión está viva. Incluso varios periodistas ya han publicado nombres de hombres y mujeres que podrían estar en la próxima contienda.
Tras la victoria de Claudia Sheinbaum y el arranque del nuevo Gobierno estatal, Morena y sus aliados entran a una etapa de consolidación. El discurso de continuidad, el combate al huachicol, el turismo y el impulso a las mujeres configuran la narrativa del poder en Puebla. Sin embargo, las tensiones internas dentro de Morena y los reacomodos en el PAN, PRI, PT y MC anuncian que el 2027 podría ser un proceso repleto de rupturas, reelecciones negociadas y alianzas inesperadas.
Entre los nombres que suenan con fuerza están:
• José Luis García Parra, actual coordinador general de Gabinete. Su nombre suena para la Presidencia Municipal de Puebla como escalón rumbo al 2030, consolidando a una generación que busca prolongar su proyecto de poder.
• Pepe Chedraui, actual presidente municipal de Puebla. Si los resultados lo acompañan, apostará por la reelección, aunque no se descarta que pueda operar desde otra trinchera, como una senaduría.
• Laura Artemisa García Chávez, diputada local con trabajo territorial constante en la capital. Se perfila para buscar la alcaldía o una diputación federal. Su nombre ha ganado fuerza como opción femenina para apuntalar el bloque morenista en la capital.
• Israel Pacheco Velázquez, coordinador del programa estatal de mantenimiento. Con respaldo obrero y estructura territorial, es una carta fuerte para una diputación, local o federal. Su perfil popular lo convierte en actor clave en las zonas urbanas y obreras.
• Gaby “La Bonita” Sánchez, titular de la Secretaría de Deporte y Juventud. Su vínculo con sectores juveniles y obradoristas la colocan en ruta hacia el Congreso local o incluso una posición ejecutiva de mayor peso.
• Rebeca Bañuelos, actual secretaria de Medio Ambiente. Su gestión ha sido destacada por el impulso a políticas sustentables y su cercanía con estructuras institucionales. Es mencionada en círculos políticos como una aspirante natural a mantenerse en el gabinete, escalar o ser considerada en procesos internos que exijan perfiles técnicos y femeninos.
Pactos, filtros y fracturas
La reelección es el ancla. Muchos actuales legisladores y ediles ya se están moviendo con la vista puesta en repetir cargo en 2027, lo que reconfigura la lógica de los pactos locales. Aunque permitida por la ley, la reelección no está garantizada dentro de Morena y puede ser usada como moneda de cambio para evitar fracturas internas.
Movimiento Ciudadano ha anunciado que buscará perfiles “preparados, sin antecedentes oscuros ni escándalos”. El PAN intenta evitar candidaturas fallidas de 2024, lo que genera tensión entre figuras tradicionales como Mario Riestra. El PT mantiene la opción de ir con Morena, pero ha dejado claro que no está dispuesto a ceder todos sus espacios. PRI y PAN exploran una nueva coalición, aunque las pugnas internas siguen presentes.
El nuevo mandatario será factor clave como articulador del bloque oficialista. La gobernabilidad dependerá tanto de los equilibrios políticos como de la estabilidad entre los diferentes grupos de poder.
Más allá de las urnas
La oposición busca reagruparse, pero aún no encuentra una narrativa unificadora. Si PAN y PRI logran convencer de que “gobernar bien también cuenta”, podrían recuperar algunas plazas regionales. Movimiento Ciudadano se presenta como “la tercera vía”, aunque carece de figuras con peso territorial. Su discurso ético podría atraer a los inconformes que Morena deje en el camino.
Pero la verdadera batalla está dentro de Morena. La bandera de “es tiempo de las mujeres” podría abrir paso a perfiles como Laura Artemisa García, Gaby Sánchez, Carla López-Malo o Rebeca Bañuelos. Sin embargo, la definición de candidaturas femeninas no será un acto de justicia, sino una lucha de poder con todas sus reglas implícitas: alianzas, padrinazgos, encuestas y disciplina.
A todo esto se suman los factores externos. La incertidumbre internacional –como un eventual regreso de Donald Trump o las presiones comerciales— puede alterar el tablero nacional. Y en el plano local, la amenaza del crimen organizado sigue siendo un factor silencioso que ronda las designaciones. Puebla ya vivió el impacto en procesos anteriores, y 2027 no será la excepción.
El 2027 no se está cocinando: ya hierve a fuego lento. Las reelecciones se negocian en mesas privadas. Las lealtades se tensan. Las alianzas se ensayan entre sonrisas forzadas y silencios incómodos. Los operadores se mueven en lo oscuro. Y los ciudadanos observan, cada vez con más escepticismo que esperanza.
Puebla no esperará al calendario electoral. La sucesión ya comenzó. Y no todos llegarán vivos –políticamente hablando– a la línea de salida.