Te cuento sobre tres formas de
hacer el ridículo, que diga,
de hacer turismo
Como si de una serie de Netflix se tratara, el mundo del turismo mexicano nunca deja de sorprendernos. Este mes, tenemos no uno, ni dos, sino tres episodios que podrían ser parte de una telenovela si no fuera porque, lamentablemente, los temas son bastante reales y serios. ¡Vamos por partes!
Crónica de una salida anunciada
¿De qué se trata la política? Porque, según San Google, la palabra significa “la práctica de la convivencia, la regulación del poder y la búsqueda de un orden social justo”, pero parece ser que cuando los gobernadores construyen su gabinete, hacen de todo menos pensar en explotar la función de cada dependencia en pro de los ciudadanos –caen en pánico o en amiguismo, al parecer.
Tal es el caso de Yadira Lira –y quiero pensar que solo es ella, ¿verdad?–, cuyo paso por la Secretaría de Turismo en Puebla fue cuestionado hasta por el mismo gobernador de Puebla, Alejandro Armenta –quien la puso ahí–, en febrero de 2025, cuando expresó públicamente su descontento, exigiendo resultados concretos y limitando sus viajes oficiales. Tras su salida del cargo, la pregunta persiste: ¿qué tanto hizo realmente por el sector? Durante su gestión, se destacó por su enfoque en la promoción del estado, incluyendo la creación del Pasaporte Turístico –que no es más que un vago pdf sobre los eventos de carácter artístico, cultural, musical, deportivo, gastronómico y turístico que habrá en Puebla–, la reactivación del Buró de Congresos y Convenciones y la firma de un convenio con la Secretaría de Turismo federal para fortalecer la competitividad turística. A pesar de estos esfuerzos, su salida del Gabinete se consumó sin grandes ceremonias, pasando a dirigir la Secretaría de Mujeres. Ahora, con Carlos Márquez al frente, queda la esperanza de que el turismo en Puebla reciba la atención que merece, más allá de festivales y congresos. Ojalá que este cambio sea el inicio de una nueva etapa para el sector.
Acamoto 2025: ¿El Woodstock del motociclismo?
Ahora, si pensabas que Puebla tenía su cuota de controversias, déjame contarte sobre el Acamoto 2025, el evento de motociclismo que más bien parece la receta de otra tragedia anunciada. Después de todo, ¿quién no ama una buena dosis de adrenalina, motocicletas rugiendo y un montón de personas cruzándose por todo el país, poniendo en jaque a los lugares turísticos más emblemáticos? Bueno, lo cierto es que el evento, aunque prometía ser el “paraíso de las motos”, dejó un reguero de críticas por accidentes fatales durante su pasada edición, realizada en Acapulco del 15 al 18 de mayo: al menos ocho muertos, más de una decena de heridos, 42 personas detenidas, 290 infracciones y 115 motocicletas decomisadas. Este evento, convocado por redes sociales, reunió a más de 100 mil asistentes y se caracterizó por desorden, vandalismo, consumo de drogas y alcohol, carreras ilegales y conductas peligrosas. A pesar de no ser un evento oficial, la ciudad se vio obligada a desplegar un operativo de seguridad con apenas 300 elementos ante la masiva afluencia. El senador Félix Salgado Macedonio, fundador del evento, defendió la concentración por los beneficios económicos, estimados en más de 900 millones de pesos con una ocupación hotelera superior al 85%. Sin embargo, las autoridades locales destacan que el Acamoto no aporta directamente al municipio porque no paga permisos. Las consecuencias del evento han desatado un debate sobre la permisividad del turismo frente al orden y seguridad públicos en el contexto de la recuperación económica tras desastres naturales como los huracanes Otis y John.
Pero, claro, siempre hay quienes creen que lo que necesita México es más “Aventura Extrema” para ser la nueva meca del turismo de adrenalina, como el señor Félix Salgado. Yo solo espero que, en vez de ver accidentes, veamos más “turismo responsable” y menos “turismo trágico” en las próximas ediciones.
Mr. Beast vs. INAH: el gran pleito por las pirámides
Y ahora, el tema que ha dividido las opiniones más que un partido de fútbol entre amigos: Mr. Beast y su incursión en las pirámides de Chichén Itzá. El tipo gringo filántropo se plantó en el corazón de México y, sin mucha más explicación, grabó un video en uno de nuestros patrimonios más sagrados. ¡Y el INAH no tardó en armarla! ¿Que si el INAH tiene razón? Bueno, sí, el patrimonio cultural no es para ser usado como fondo para videos virales. Pero, ¿deberíamos condenar a Mr. Beast? Yo también soy de la idea de que, si hay algo que está promocionando al país, y encima lo hace de manera tan masiva, tal vez el INAH podría aflojar un poquito la rienda. Creo que también fue un poco culpa del Gobierno de Campeche que invitó a Mr. Beast –que, pa pronto, hasta lo felicitó por su labor– por no terciar con el INAH sobre el estilo de videos –humorísticos y con ficción– que viene produciendo este youtuber.
Entiendo la postura de proteger lo que es nuestro –en más de una frase, quedamos como tontos y permisivos, pero ese mismo estilo manejó en el video anterior, el de las pirámides de Egipto–. Solo pienso que hay que saber cómo promover nuestra cultura y en qué momento defenderla. No podemos estar echando pedo precisamente en un momento en el que enemistarnos más con todo el mundo nos resta, primero España –con quien compartimos un vínculo ancestral y el mismo idioma–, luego el tirano de Trump, ¿quién sigue?
Incluso, he llegado a pensar que si todo este embrollo no será planeado, buscando posicionar el video a nivel global… Interesante.
En fin, este pleito entre “el gringo bueno” y “el instituto serio” tiene a todo el mundo hablando, pero ¿quién tiene razón? ¡La respuesta depende de quién la cuente!
¿Tú, de qué lado estás?
México, como siempre, tiene lo suyo. Entre cambios de secretarios que no cambian mucho, eventos de motociclismo que parecen películas de acción y un pleito con un youtuber millonario que solo quería hacer un video, el turismo en este país es todo un circo. Pero no te preocupes, lo seguimos disfrutando, ¿no? Al final del día, todos estos episodios sirven para algo: seguir alimentando el debate, las risas y, por supuesto, las oportunidades para mejorar. Así que, a la próxima, ya sabes: ¿a favor de la sostenibilidad, la seguridad o los videos virales? Yo solo espero que cuando alguien se suba a una moto o a una pirámide, lo haga con más responsabilidad y menos espectáculo.