Llegó el 14 de febrero y con él, todo el rush de los globos, las flores, los corazones, los cupidos y los cuentos de amor eterno y felices para siempre. Pero en un contexto de tanta violencia contra las mujeres, donde los principales agresores, feminicidas y violentadores son sus parejas o exparejas, es obligado preguntarnos ¿desde dónde estamos construyendo la idea de “amor”?, ¿desde donde se están construyendo esas relaciones sexoafectivas que llevan a miles de mujeres a ser víctimas de distintos tipos de violencia con sus parejas sentimentales?
El origen de estas violencias es un mito, uno que hemos romantizado y replicado generación tras generación. El mito del amor romántico es esa idea con la que se nos ha educado a las mujeres, para establecer relaciones “amorosas” en desventaja, desde la desigualdad, las violencias, la dominación y, evidentemente, sin perspectiva de género. ¿A qué me refiero con esto? Les platico.
El mito del amor romántico se compone por 5 mitos:
El mito de la media naranja: es aquel que nos cuenta que las mujeres vivimos incompletas hasta que encontramos a nuestra otra mitad, este mito nos hace sentirnos incapaces de ser felices sino conseguimos a quien nos complemente.
El mito del príncipe azul: es el que refuerza la idea de que allá afuera existe un hombre perfecto, rico, guapo y que nos va a “salvar” para vivir la vida perfecta por siempre.
El mito del emparejamiento: es el que nos cuenta que el estado “ideal” de las personas es en pareja, “porque así fuimos creados (Adán y Eva)” y que si estamos solteras, hay algo malo con nosotras. Este mito tiene un sesgo de género, porque afecta a las mujeres pero no así a los hombres. Una mujer soltera y madura, “es una quedada”, una mujer a la que “se le pasó el tren”; en cambio, un hombre soltero y maduro es “el soltero de oro” y un hombre codiciado.
El mito del amor omnipotente: que nos cuenta que el amor todo lo puede, todo lo supera, todo lo perdona; eso, obviamente, incluye infidelidades, golpes y violencias.
Y, finalmente, el mito de los celos: ese que nos dice que los celos son una manifestación de amor y que si te cela es porque te quiere, justificando así violencias y control en nombre del amor.
Es importante avanzar hacia la desmitificación del amor romántico, construirlo desde la igualdad, la confianza y el respeto, NO desde la codependencia, la dominación la violencia y el control.
Kate Millet, una gran teórica feminista, decía que “el amor es el opio de las mujeres”, porque mientras nosotras amábamos, ellos nos gobernaban. Que esa reflexión nos sirva para ayudarnos a mirar otros horizontes y este 14 de febrero celebremos y valoremos otras formas de amor, a nuestra familia, amigas-amigos, a nuestro trabajo, a nuestras mascotas, etc. Rompamos el mito del amor romántico y construyamos relaciones desde el autocuidado y el amor propio.