Los jueces, magistrados, ministros y trabajadores del Poder Judicial pasarán a la historia como malos y violentos perdedores ante su derrota en la reforma.
Nunca entendieron que no tenía el apoyo de la sociedad y recurrieron a la violencia como una respuesta desesperada ante la aprobación de la reforma propuesta por Andrés Manuel López Obrador.
La violencia que se vivió en el Senado de la República y que absurdamente se replicó ayer en Puebla, solo provocó la burla en redes sociales a todos los trabajadores del Poder Judicial.
Les guste o no, Andrés Manuel López Obrador convenció a la mayoría de mexicanos para obtener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y Senadores a través de las elecciones, y así ocurrió.
Los trabajadores del Poder Judicial jamás entendieron que la gente está cansada de la corrupción y los excesos que se cometen en los juzgados.
La mayoría de mexicanos apoya la reforma al Poder Judicial y este vivirá una transformación paulatina pero inevitable.
Poco a poco se va a terminar con los familiares, amigos, amantes, hijos y recomendados que hoy abarrotan el Poder Judicial.
Poco a poco se tendrán que quitar a todos los jueces y sus familiares que habían hecho del Poder Judicial una mira de oro.
Se les terminó su “negocio familiar” y ahora sí tendrán que ponerse a trabajar, como lo hacemos el resto de los mexicanos.
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