Originales fachadas, arte y cultura en cada rincón, te esperan en este destino, ubicado a solo tres horas y media de Ciudad de México y cuatro horas y media de Puebla, el cual se distingue por ser un destino leisure que combina hoteles boutique llenos de secrecía y serenidad, que funcionan como centros de bienestar y relajación, con piscinas en terrazas desde donde tendrás una vista panorámica de San Miguel; restaurantes que priorizan la comida, la música y el ambiente, así como bazares y galerías de arte donde podrás nutrir todos tus sentidos. Recordemos que San Miguel de Allende alberga 61 galerías de arte, según la Secretaría de Cultura de México, y es Ciudad Patrimonio, nombrada la Mejor Ciudad del Mundo por cuarto año consecutivo.
Un paseo por el centro de San Miguel
Caminar entre sus calles empedradas con coloridos muros que resguardan su pasado colonial, y que a su vez son spots perfectos para los amantes de Instagram; visitar la Parroquia de San Miguel Arcángel con su fachada rosada neogótica que resalta por ese toque arquitectónico inspirado en las catedrales europeas, la cual puedes admirar de cerca o desde alguno de sus tres miradores.
Pero lo cierto, es que San Miguel tiene seis iglesias más a las que los devotos recurren por su fe y belleza, como el Templo de San Francisco, el de la Purísima Concepción, el de San Juan de Dios, entre otros.
Tampoco te puedes perder su Museo Histórico, la Estrella de Aldama, los numerosos callejoncitos que parecen de ensueño, como el Callejón del Pueblito, el Callejón de Chiquitos y su Mercado de Artesanías, donde encontrarás fabulosas piezas a buenos precios. Yo encontré llaveros de tela a mitad de precio de los que puedes encontrar en las tiendas del centro.
Hospitalidad sanmiguelense y lomitos everywhere
Algo que me gustaría destacar es la cultura pet friendly que manejan en esta ciudad. Hoteles, restaurantes y las calles permiten el acceso de mascotas. Incluso, en el hotel boutique Numu te recibirá un hostess peludo llamado “Pancho”.
De igual manera, la hospitalidad de los san miguelenses es otro aspecto a destacar, pues pidiendo ayuda para una foto, conocí a Viví, una chica muy amable que me mostró el Hotel Casa 63, con 15 habitaciones, espacios para lectura, una boutique de ropa y accesorios, restaurante, bar y una terraza desde donde se pueden ver las siete cúpulas de las iglesias.
Hablando de hoteles y restaurantes, hay un amplio catálogo, literalmente, encontrarás de dos a tres hoteles, restaurantes o bares en cada calle.
Hoteles en San Miguel
El hotel Numu, de la cadena Hyatt, con 44 habitaciones, clases de yoga, el restaurante Noia en su terraza, y, además, este complejo hotelero es ecosustentable al tener un grifo de agua potable donde los huéspedes pueden rellenar sus termos de agua.
O el hotel Casa Primavera, donde me hospedé, que ofrece desayuno a la habitación, transporte al centro gratuito, algo que me pareció fenomenal; un spa con sauna, masajes y tratamientos, este sí tiene costo; restaurante y un apacible entorno de arquitectura colonial con un toque de modernidad.
A minutos de Casa Primavera, está el Mirador de San Miguel. Desde este punto se obtiene una de las vistas panorámicas más espectaculares de la ciudad. Al amanecer y al atardecer, San Miguel se ilumina con tonos dorados y rojizos que hacen de este lugar una parada obligada para contemplar su belleza colonial.
Los imperdibles del viaje: bloqueador, un sombrero de gamuza para darle un toque de elegancia a tu outfit, y dinero, más del habitual si quieres adquirir artesanías o ropa. Pues como en San Miguel de Allende es el destino donde habitan más extranjeros, los precios son más elevados.
Sabores locales
Primero, cenamos en el restaurante Centanni, que destaca por ofrecer comida italiana y una importante escena musical, desde pianista en vivo, un espacio donde podrás ser DJ durante unos minutos, bandas de rock y noches de salsa. Entre su menú encontrarás pizzas al horno, pastas, pero también picaña, alcachofa con crema de tres quesos, pulpo y suculentos postres.
También visitamos Mamma Mia, que destaca por su ambiente musical, con música cubana, jazz, DJ en vivo, salsa y más. En cuanto a platillos, ofrecen hamburguesas de brisket, pizzas de pera, pastas, ensaladas y más. Acompaña tus alimentos con la bebida gasificada de verbena con jengibre y miel.
Para ir a comer, te recomiendo Lukrezia, dentro del hotel Sautto, un restaurante al aire libre con platillos como chilaquiles blancos, bowls con fruta y salmón, entre otras cosas, ¡ah!, y una naranjada con bugambilia que no te debes perder.
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