No hay duda que la ciudadanía entre más conoce a los políticos menos quiere participar en procesos electorales como el que se avecina.
Y es que la gente está harta, hasta la madre, de los políticos ratas de siempre, esos que quieren gobernarnos y que pretenden administrar nuestro dinero vía la recaudación de los impuestos.
Es una pena que a estas alturas del país el sistema político mexicano continúe rigiéndose por un sistema de partidos, con líderes, con falsos caudillos, con personajes de dudosa reputación y con hombres y mujeres que sólo quieren enriquecerse a costa de los demás.
Porque los políticos de hoy sufren varios males: son incongruentes, mentirosos, habladores, traidores y engañabobos.
No hay político que no tenga un negro pasado.
Pero sobre todo no hay político que no sea rico o millonario.
La pregunta es ¿cómo es que se enriquecen y se hacen de tanto dinero propiedades, lujos y de una vida de magnates?
Eso es lo que debemos preguntarnos los ciudadanos en tiempos electorales.
Y tampoco hay que espantarse.
Porque en México pasa de todo.
Incuso que un candidato a la presidencia de la república, llamado Jaime Rodríguez Calderón y apodado “El Bronco”, le quiera mochar las manos a los delincuentes.
O que otro de sus pares, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien presume de ser el más honrado del mundo, desee transformar al país con su varita mágica en tan sólo 6 años.
O que otro que es multimillonario, Ricardo Anaya Cortés, nos quiere engañar como a unos bobos ofreciéndonos la luna, el cielo y las estrellas.
Mejor que nos cuente cómo se hizo millonario, ¿a poco no?
Y como a nivel nacional también en Puebla sucede lo mismo.
Ayer fue Luis Miguel Barbosa Huerta, candidato de Morena a la gubernatura del estado, a quien se le comprobó que no declaró en su 3 de 3 más de 25 millones de pesos en propiedades.
Que no tiene título de abogado y ejerce.
Que se hizo el tonto para evitar ofrecer una explicación de su riqueza a todos los poblanos.
Eso, sin duda, le va a costar caro en las urnas.
Ya veremos cómo lo trata la gente.
Porque, también, ya se vio que en el PRI se cuecen habas y a su abanderado, Enrique Doger Guerrero, le metieron gol y lo cacharon como dueño de una supuesta fortuna de más de 200 millones de pesos.
Estoy seguro que de este tipo de políticos todos estamos hartos.
¿Quién sigue después de Barbosa y de Doger?
¿A qué otros políticos les van a sacar sus trapitos, sus propiedades y todos sus millones al sol?
Esos son los monstruos que crean los partidos políticos.
Esos son los personajes que quieren siempre gobernarnos.
A esos debemos exigirles respuestas y soluciones a todos nuestros problemas.
Si quieren seguirnos gobernando pues que empiecen por ayudarnos.
Empero, ¿los vamos a seguir manteniendo?
¿Los vamos a seguir vitoreando?
¿Vamos a seguir aguantando a esa clase política?
¿Hasta cuándo se van a dejar de burlar estos políticos del pueblo, de todos y cada uno los mexicanos?
No hay duda que nuestros políticos son especialistas en el arte del engaño.
¿Cuántos escándalos más nos faltan por ver, por conocer, por descubrir de nuestros políticos y flamantes candidatos?
Hoy sería bueno preguntarse e indagar si alguno de los actuales candidatos a gobernador, a senador, a diputado local y federal, así como a ediles, está libre de pecado.
Que lastima que no tenemos candidatos ciudadanos.
Sin duda nos hace falta una opción que emane del pueblo.
Que surja de lo más bajo y que conozca y sienta todos nuestros males.
¿Hasta cuándo, Señor, nos vas a enviar a un aspirante a político honrado?
Por lo pronto, al menos, hay que irlo buscando.
¿O no?
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